Cátedra Murillo Toro

Camilo González Pacheco

Alfonso Gómez Méndez, al recibir la Orden Murillo Toro por parte de la Alcaldía de Ibagué, en evento solemne de reconocimiento a su vida y obra celebrado en la sala Alberto Castilla, realizó en ese especial acto, una amena biografía del prócer chaparraluno, resaltando aportes históricos poco conocidos por la mayoría de sus coterráneos.

Ubicó a Murillo, dentro de la corriente de pensamiento socialdemócrata. Jalonando la construcción de una sociedad más igualitaria y justa. Con vigencia de democracia integral, respeto por las libertades y derechos humanos. Fundamentada especialmente, en la educación como única forma de ascenso social. Buscando transparencia gubernativa, fundó el diario oficial.

Murillo, realizó uno de los pasos más trascendentales para el progreso nacional: la introducción del telégrafo, -la internet de la época- iniciando la magia de las comunicaciones. Resaltó, también de Murillo Toro, la defensa a ultranza de la libertad de prensa. Recordó que fue un adelantado con su ley de tierras, que establecía que esta, debería ser para quien la cultivara. Fue precursor de la función social de la propiedad.

La de Gómez Méndez, fue una verdadera cátedra magistral, salpicada de anécdotas, y de aspectos muy interesantes de la personalidad de nuestro prócer. Entre ellos, que estudió medicina, pero al hacer la primera autopsia se desmayó, por lo que este fracaso hizo, que lo perdiéramos como médico, pero lo ganara la patria como el gran líder democrático y socialista que fue.

Con esta orden. “Murillo Toro”, se exaltó a otro gran colombiano, como lo ha sido Gómez Méndez, quien se ha destacado, en calidad de jurista, profesor universitario, constitucionalista. También, por desempeñar cargos de enorme responsabilidad, en donde ha brillado por ser demócrata a carta cabal, defensor decidido de nuestras instituciones y de nuestro frágil Estado Social de Derecho. No le ha temblado el pulso cuando ha tenido que tomar grandes decisiones, como por ejemplo, la sanción de destitución que le impuso al General Jesús Armando Arias Cabrales, -causando con esta decisión un verdadero tsunami, como lo reseñó algún medio- por la retoma del Palacio de Justicia, al no haber tomado medidas para salvar a rehenes indefensos.

Al recibir la mencionada orden, Alfonso Gómez Méndez, nos relató simpáticos episodios personales, como aquel en el cual, luego de que fuera ascendido a quinto de primaria, por expresa orden de un Inspector Nacional de Educación, al ser un alumno aventajado, su madre, orgullosa, le había dicho que como era bueno para el estudio, podría llegar a ser el Comandante de la Estación de Ferrocarril en Girardot.

Afortunadamente, Gómez Méndez excedió en mucho, los sueños de su madre. Para orgullo de los tolimenses.

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