Tumbando la casa

Camilo González Pacheco

Existe una canción del grupo Saboreo, “La vamo a Tumbá”, con aire decembrino, alegre y pegajosa, que en el paroxismo de la rumba invita a destruir la casa que tanto ha costado. En uno de sus apartes dice: “Esta casa que hice yo con amor y sacrificio, pero el barrio está de fiesta, he invitado a mis amigos, hoy la vamo a tumbá, hoy la vamó a tumbá … ya se está moviendo, se está aflojando, ya se está hundiendo, ya se está cayendo, salten, bailen, beban, coman, canten, griten, beban, jodan……que hoy la vamo a tumbá”.

Pero, esta composición ganadora en la Feria de Cali del año 2000, nada tiene que ver con la cruel realidad de la destrucción de nuestra casa, nuestro planeta. De muchos pequeños países y bellas ciudades, mundos paradisíacos en medio de los océanos Pacífico e Índico, que están a punto de desaparecer por el cambio climático.

Entre ellos, Kiribati ubicada al noroeste de Australia, primera zona poblada del mundo, treinta y tres atolones coralinos y una isla; Vanautu, compuesta por 83 islas volcánicas; Tuvalu, cuatro arrecifes de coral, cinco atolones y tres islas; Islas Maldivas, mil doscientas islas; Islas Salomón, novecientos noventa islas.

Samoa, siete islas en el Pacífico sur. Islas Fiyi y Marshall. Ciudades como Venecia, Kuala Lumpur, Singapur, se encuentran amenazadas. Lugares como Fairbanks en Alaska; Islas Galápagos en Ecuador; el mar Muerto, cuya salinidad ha bajado; la Antártida, donde han desaparecido miles de kilómetros de glaciares; parque Nacional Acadia en Maine donde sus ballenas y langostas han migrado hacia el norte en busca de aguas más frías; los Alpes donde la nieve se derrite; Seven Mile Florida, donde sus corales se decoloran.

Los anteriores, lugares bellos son algunos de los se están destruyendo por el calentamiento global. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático celebrada en Madrid, no arrojó resultados concretos. Se había propuesto como objetivo principal, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a cero para 2050. Los países más contaminantes del mundo, Estados Unidos, China e India, no se comprometen a nada. Les importa un carajo, la desaparición de verdaderos paraísos; que sean los países pobres, que poco o nada contaminan, los que más sufran las consecuencias del calentamiento, porque precisamente son los que carecen de infraestructura, tecnología, estabilidad política y capacidad para tomar medidas preventivas. Sin embargo, y lamentablemente, como reza la canción citada al inicio: “La casa...ya se está hundiendo, ya se está cayendo”.

P/D. Abrazo fraternal y solidario para la familia de Yezid Castaño. Recordando a Picasso: “Nuestros muertos continúan envejeciendo con nosotros”. Se quedan. No se van.

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