Educando a papá

Guillermo Hinestrosa

El valet de magnates y tecnócratas en torno a los candidatos anti-régimen que pasaron a la segunda vuelta, está de alquilar balcón. Me recuerda la tira cómica de Pancho y Ramona; esa familia de clase media que se gana la lotería, y sus vanos intentos para instruirse en costumbres más aristocráticas y distinguidas.
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Todos hemos visto el desfile de las “primas donas” y pretendientes de menor postín que pudieron escoger el buque rescatista de su preferencia, nadando sin soltar su portafolio de servicios. 

Aún con las insignias salobres improvisan variaciones de sus ortodoxas coreografías, con la pretensión de amoldar los cerreros programas a los intereses de siempre. El presidente del grupo Davivienda se anticipó a hacer un llamado al voto responsable, que todos entendimos pro Fico, y quedó en el lugar equivocado. Jaime Gilinski, más astuto, usa a Semana como lanza misiles de Rodolfo y al banco Sudameris como acorazado financiero de Petro; los Char ya fletaron a sus socios Daes (de Tecnoglass) al Pacto Histórico; Rudolf Hommes, ex de la junta de Bavaria, y Alejandro Gaviria, ex de Bancolombia, comandan naves nodriza guiadas por submarinos invisibles a los radares de la opinión.  

No ha sido fácil el acomodo con tan cerreros personajes. Fajardo le propuso a Rodolfo algunos puntos que este desechó. ¿Cómo así que garantice el imperio del Estado de Derecho? ¡Ni que él hubiera ganado las elecciones! Entonces los Galán, tomando nota del desplante, corrigieron: “El partido cree que Rodolfo Hernández representa una emoción de centro que, hay que reconocerlo, en la coalición centro esperanza no supimos interpretar”. 

Hernández ya anunció que declarará la Conmoción Interior para legislar por decreto, “antes de que la tumbe la Corte Constitucional, si es capaz de tumbarlas, vamos a ver…”. Una nueva versión del “estado de opinión” que enfrentaría a un populista recién electo con una institución desaprobada por el 62 % de los colombianos y solo 25 % de favorabilidad (Invamer, marzo 31 2022).

Petro ha dejado en claro que, de ser electo sin mayorías parlamentarias, su primer acto de gobierno sería convocar a un referendo con una sola pregunta: “¿Estaría usted de acuerdo en convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, Sí o No?” Es el único camino que ve viable para pasar las reformas política, de salud, educación, justicia e implantar en Colombia una nueva economía (salir del petróleo, poner énfasis en la agricultura, etc.). Se ha desdicho varias veces, aduciendo que la afirmación corresponde a la pasada campaña presidencial, pero el contexto que explicó en noviembre 2017 se cumpliría hoy.   

Algunos amigos me han invitado a sumarme a la Armada Invencible y me he negado. Hace cuatro años voté por Duque y la ley Maturana se me cumplió al revés. Recientemente anuncié mi voto al Senado por Guillermo Pérez y por Juan Manuel Galán a la precandidatura del Centro Esperanza; logré recuperarme sumando mis huestes a Fajardo, con los resultados conocidos. 

Mi familia antioqueña ruega que anuncie mi voto por Petro, con la esperanza que pierda. Un amigo común con Guillermo Alfonso redactó una proclama de apoyo al ingeniero, con inversas intenciones. Todo eso me parece un poco irrespetuoso. No aceptaré ni la enfermería del pabellón de quemados del buque hospital. He decidido reservar mi infalible intuición para el voto en blanco.  

 

GUILLERMO HINESTROSA

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