¡Que denuncien!

Guillermo Hinestrosa

La Declaración Universal de los Derechos Humanos reza: “Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de equidad, a las funciones públicas de su país”.
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Por esta razón el nepotismo no puede considerarse algo normal. Nombrar familiares o amigos por el mero hecho de serlo o para que le “cubran la espalda” al gobernante, viola el derecho que tenemos todos los ciudadanos de acceder a las funciones públicas y nos priva de oportunidades para competir justa e imparcialmente por un trabajo digno. 

Destapado el escándalo de las coimas del Ocad Paz que involucra a Aníbal José Quiroz Monsalvo, contralor delegado para el Sistema de Regalías, la Procuradora prometió una investigación exhaustiva. Difícil creerle, pues nombró a Carolina Quiroz Monsalvo procuradora Judicial II; al esposo de Carolina, Wilson Geovany Ramírez, asesor grado 24 y a la propia cónyuge de Aníbal José, Anny Lorena Váquiro, como asesora grado 25. Todo lo anterior con los buenos oficios de Arnoldo Quiroz Monsalvo, el flamante presidente de la Corte Suprema de Justicia.

Recordé el encontrón de Cortolima con las comunidades del norte, el pasado 30 de abril, en una audiencia pública en la que protestaban por la inoperancia de la CAR con los depredadores del medio ambiente. La directora, airada, interrumpió para reclamarles: --“Señor Absalón, si tiene alguna prueba ¡denuncie, denuncie! Porque hablar por hablar es otra cosa…”. Al hombre le apagaron el micrófono, pero la señora que siguió no se arredró: --“Perdón, le contesto lo que usted acaba de decir. Claro que lo primero que tenemos que hacer es denunciar. Lastimosamente los entes del Estado no sirven para nada; la Fiscalía, la Procuraduría, la Contraloría y la judicial que es la peor... Nosotros denunciamos y lo único que ganamos es que los mineros y los funcionarios de Cortolima manden a que nos persigan… Ese cuentico de que vaya y denuncie es la gran mentira; con eso nos están diciendo: Pobres idiotas, yo sé que lo hacen, pero mis amigos lo tienen tapado… (sic)”.  

Pero si llueve nepotismo en Contraloría, Procuraduría y Corte Suprema, por Ibagué no escampa. El alcalde Hurtado ubicó a su hermana Carolina, primero como secretaria jurídica y administrativa de Cortolima, luego Gerente de Egetsa, cargo que le entregó al primo de la “Primera Gestora”, Jonathan Eduardo Suárez Galeano (cuya cónyuge labora en la Secretaría de Cultura de Ibagué). 

La esposa del alcalde también tiene su cuota: Natalia Galeano Ortiz, su hermana, trabaja en la Gobernación; veamos sus primos: Marco Tulio Ortiz, director administrativo del Ibal; Yury Cervera Ortiz, directora del POT; María Teresa Galeano, en la secretaría de salud; Andrés Suárez Galeano, en la de Movilidad; Andrea Ortiz, en la USI; Santiago Londoño Ortiz (hijo de Andrea) en la Gestora Urbana. Esmeralda González (Ibal) y Nataly Suárez Barrera (hospital Federico Lleras), son parientes del alcalde Hurtado.

El control disciplinario de la copiosa parentela correría por cuenta de la Procuradora Provincial de Ibagué y esposa de José Barreto, el mismo que renunció a su candidatura, complaciendo los deseos de su hermano y de su primo, hoy senadores, para que Hurtado llegara a la alcaldía.

Con razón los ciudadanos de bien comienzan a descreer en las instituciones y ya no aplican esa famosa expresión del telenoticiero RCN, de la que se apropiaron las clientelas para esconder sus fechorías: “¡No se quede callado, denuncie!”.

GUILLERMO HINESTROSA

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