La vida de los otros

Guillermo Pérez Flórez

Esto lo cambia todo. Y cuando digo todo, es todo. El mundo no volverá a ser igual. Miremos lo positivo. Para empezar, es posible que recuperemos el sentido de comunidad, extraviado entre los afanes de la vida diaria y la sed de lucro inoculada por el capitalismo, un sistema en el cual se vive únicamente para acumular riqueza, al costo que sea.
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Es posible que volvamos a interesarnos por la suerte de los otros, de esos otros que están a solo dos pasos de nuestro círculo, y que no obstante mantenemos en la lejanía que genera la indiferencia. 

Nada volverá a ser igual. Ni la economía. Ni la política. Ni la vida social. A partir de esta experiencia vamos a entender la importancia de un sistema público de salud eficiente y robusto, con presupuesto adecuado, aunque podamos permitirnos una póliza de medicina privada. Vamos a entender que la salud no puede ser un negocio, que necesitamos buenos hospitales y pagarle bien al personal médico y paramédico, y que es moralmente inaceptable que los más desvalidos se mueran a las puertas de los hospitales por falta de recursos. Entenderemos cuán importante es contar con líderes suficientemente preparados y con sentido de país a quienes en realidad les importen sus congéneres. Confío en que comprenderemos la necesidad de un sistema de atención de desastres y de emergencias, y que nos avergonzará que haya un millón de personas sin agua porque no han podido pagar el servicio. El virus que más mata es el de la indiferencia. Qué podemos esperar en un país en el cual seis de cada diez puestos de trabajo son informales, sin casi protección social. ¿Han pensado de qué van a vivir quienes viven de la venta callejera, de ‘cuidar’ y lavar carros, de limpiar parabrisas y de quienes trabajan por días en el servicio doméstico? ¿Cómo van a subsistir los mendigos? A algunas personas vamos a tener que pagarles para que se queden en casa.
 
La pandemia va a pasar, en tres, seis o doce meses. Pero el desastre económico tardará años, incluso décadas. Y quién dice que en menos de lo que canta un gallo no tendremos una nueva pandemia. Hemos entrado en una nueva era: en la sociedad del riesgo y de la incertidumbre. ¿Planificar? Sí, pero todo puede cambiar de un momento a otro, y de manera radical. 

Hace doce años hubo crisis financiera. Se gastaron miles de billones de dólares para salvar a los bancos y a los especuladores bursátiles. ¿Se hará lo mismo ahora que se trata de salvar vidas y al sector real de la economía? No crean que el capitalismo financiero va a salir indemne de esta crisis, la sociedad va pedir acciones efectivas no importa qué tan heterodoxas puedan ser. Esperamos que el sector financiero arrime el hombro, de lo contrario un tsunami de inconformidad popular les va a pasar por encima. Todo va a cambiar, ojalá también nuestros corazones y promovamos cadenas de solidaridad. Más humanismo, menos capitalismo. No es solo la vida de nosotros lo que cuenta. Es también la vida de los otros. 
 

GUILLERMO PÉREZ FLÓREZ

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