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En estos días han ocurrido cosas que merecen ser reseñadas. Comienzo por la edición número 10.000 de este diario. Todo un acontecimiento. Los periódicos impresos vienen de capa caída en todo el mundo, y Colombia no es una excepción, como lo vimos hace unos días, con el cierre del periódico El Mundo, en Medellín. Que El Nuevo Día haya llegado a este hito es algo que debería celebrar la región entera, no solo las directivas y accionistas del diario. En este periódico reposa buena parte de la memoria regional. Todo cuanto ha ocurrido en el Tolima en los últimos 28 años ha sido contado y analizado desde este diario. Gracias por permitirme hacer parte de este sueño.
Sigo con otro hito: los 25 años del festival de música, Mangostino de Oro, que anualmente realiza la corporación Corarte en San Sebastián de Mariquita, bajo la dirección de mi entrañable amigo, Bladimiro Molina Vergel. Casi media vida para darle a nuestro pueblo y a la región un referente cultural de primera línea. Es la constancia, la perseverancia, uno de los secretos de las grandes causas. La calidad artística de este festival es de primera línea. Este año la celebración tendrá que ser virtual, pero ello no le restará mérito al acontecimiento. Larga vida al festival y a sus organizadores.
Por otra parte, la Universidad de Ibagué cumplió 40 años. Una de las más grandes obras que se haya llevado a cabo, en los últimos tiempos en el Tolima. Se trata de una realización del sector privado, una admirable muestra de fe y compromiso con la región, digna de todo reconocimiento y exaltación. Me atrevo a afirmar que sin la Universidad de Ibagué la región habría perdido mucho más capital humano. El beneficio social generado es inmenso. Mi reconocimiento a los fundadores, a las directivas, profesores, y a todos los egresados y estudiantes. En menos de lo que imaginemos estaremos celebrando su medio siglo de existencia. Es uno de nuestros orgullos regionales.
Finalmente, debo subrayar también los cincuenta años de Econoticias, el noticiero fundado por Arnulfo Sánchez, igualmente poseedor de una valiosa memoria sonora, íntimamente ligada con el acontecer político tolimense. El polémico Arnulfo Sánchez marcó una época. Durante largos años ostentó el monopolio informativo y de construcción de la opinión pública, algo que nadie puede desconocer. Tuvo una inmensa suerte Arnulfo, pues la vida le concedió no sólo herederos sino también sucesores, lo cual garantiza la pervivencia de esta empresa que inició al lado de Jaime Pava Navarro, quien fuera su mentor.
Ojalá que la vida les permita a todos los aquí mencionados, seguir construyendo historia regional. Mantengamos la fe en esta tierra.
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