Pandemias y totalitarismo

Guillermo Pérez Flórez

El 2020 será un año imposible de olvidar. Nadie que hoy tenga uso de razón lo olvidará, pues de una u otra manera se vio afectado por la pandemia, muchas cosas cambiaron y muy difícilmente volverán a ser como eran, aunque algunas personas, eruditas por cierto, sostengan que nada va a cambiar y que el Covid-19 será apenas un paréntesis. No lo creo. Presiento que nos estamos adentrando en la ‘era de las pandemias’, y nuestra forma de vida se alterará para siempre.
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Hace muchos años vi una película en la que los humanos habían suprimido el contacto físico. No se besaban, no se tocaban, no intimaban. La reproducción era un asunto de laboratorio. Habían renunciado al sexo por considerarlo primario, veían en él sólo un intercambio de fluidos, bacterias, virus y microbios. La gente tenía una obsesión patológica por la asepsia, y tocar o dejarse tocar podía estropearlo todo. Por supuesto, la película me pareció en exceso fantasiosa, pero quizás hoy ya no lo vería igual, lo sucedido este año se parece mucho.  Obviamente, hay quienes se resisten a cambiar sus pautas de comportamiento social, y si fuese verdad que estuviésemos internándonos en una etapa histórica de estos perfiles, aún tendrían que pasar años antes de que se generalice esta nueva forma de vida. Los cambios culturales son lentos y comprometen varias generaciones. De cualquier manera, estoy convencido de que ésta no es una época de cambios sino un cambio de época. Aunque suene a tópico. De hecho, muchos de éstos ya se venían dando, casi todos asociados con la manera de relacionarnos y de trabajar, pero nos resistíamos a aceptarlos.  

El 2020 será un hito, dado que este año el Covid-19 generó condiciones especiales que nos obligaron a cambiar muchas cosas, tantas que para solo enunciarlas necesitaría más espacio que el de esta columna. Comencemos por lo elemental: la manera de trabajar. Lo presencial está siendo derrotado por lo virtual. Las reuniones, los encuentros personales, familiares y sociales han sido sustituidos por encuentros a través de plataformas que permiten la interactividad de personas que se encuentran en lugares remotos unas de otras. Esto existía, pero el Covid nos obligó a aceptar y usar estas tecnologías. Es difícil encontrar ámbitos de la vida diaria que no se hayan visto impactados por esto.  La educación, los negocios, la salud, el comercio, el ocio, han adquirido nuestras formas, que no son mejores ni peores, simplemente diferentes. Algunas nos gustarán más, otras nos gustarán menos, pero en cualquier caso nos veremos forzados a aceptarlas.

No me hago ilusiones de que en el 2021 el mundo vuelva a la ‘normalidad’, los cambios se han dado para siempre. Y si este año se nos fue hablando del Covid el próximo se nos irá hablando de la ‘vacuna’. El control social por parte del Estado será mayúsculo, con el pretexto de saber quién se ha vacunado y quién no. Pagaremos un alto precio en materia de libertad personal. El totalitarismo se está instalando en nuestras vidas. ¿Cómo olvidar el 2020?

GUILLERMO PÉREZ FLÓREZ

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