Chispoteo

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Vuelve y juega. -“Berracundeo se une a la protesta de los periodistas independientes y lectores de la revista Semana por el trato grotesco dado al columnista Daniel Coronell, quien fuera echado a “Sombrerazos” como dice Raimiro Bajarano por no arrodillarse ante el poder económico y político que hoy campea en la sala de redacción”.
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*+ Del centro de reclusión o cárcel de los alemanes en Fasagasugá salió el cuento del delfín colombiano que robaba propiedades de los alemanes en guerra comandados por Hitler. Algo que aprendieron muy bien los manejadores de los bienes incautados a los narcos. Otra pista de la guerra salía de los paseos a los termales de Don Pacho, apodado el Alemán. Los estudiantes de la escuela cantaban unas canciones colombianas que le encantaban al viejo y de inmediato, todos podían bañarse en el termal hasta que llegaban las arepas de trigo y los vasos con leche. Al preguntar por qué le decían el Alemán, una profesora dijo que se había venido de su tierra antes de la guerra y había comprado tierras en Colón, en Murillo y Santa Chava.

Un chísgaravis que hablaba de lo que fuera para poder goterear. Era el único que mencionaba las dos guerras mundiales y pregonaba que la próxima acabaría el mundo sin disparar un tiro. Disque medio loquito el pendejo y dio en el blanco. ¡Bien con sus predicciones!!!!.

Y esta guerra biológica, de la cual no tiene la culpa el murciélago sino el hombre que se ha dedicado a la cría industrial de animales, en una especie de fábrica donde se replican y mutan los virus, hasta ahora deja un triunfador ojirrallado y un gran derrotado en lo económico.

Se sienten pasos de animal grande contra el capitalismo, impuesto para consumir sin medida, propiciando así el cambio climático, la deforestación, la contaminación de las aguas, la exorbitante aplicación de químicos a los alimentos y la humillación del que nada tiene, gracias a la expoliación sistemática de sus recursos y a la expropiación de sus tierras por los capitalistas del mundo. Ya es un lugar común afirmar que el desarrollo del capitalismo a sus máximos niveles, ha propiciado que los ricos que son pocos, cada vez tengan más riqueza y los pobres, más numerosos, cada día tengan menos. Pero eso sí se los presiona a consumir cosas que no necesitan.

Pero esta guerra por lo menos nos unió a todos contra un enemigo común; reconocimos la importancia de la solidaridad, comprendimos que los partidos políticos, no solo en Colombia, funcionan más como asociaciones para delinquir que para servirle a la patria. Los vemos en la pandemia. Intentando robar plata de la salud y de lo que se designa para las víctimas de la violencia. Todos tranquilos porque saben que no serán juzgados ni condenados y se ocultará la verdad. Tienen un buen ejemplo con Villarrica.

Ñapa.- Intolerable que residentes en Ibagué lancen huevos e insultos a personal de la salud que salen con sus uniformes. Ellos saben el calificativo que merecen. Nuestros agradecimientos al sacrificio y buena voluntad que han demostrado quienes trabajan en salud y están dedicados a atender la emergencia.

HÉCTOR MANUEL GALEANO ARBELÁEZ

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