Retaleo

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Se mamó de sacarles chiros al despelotado
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El Covid-19 llegó con tela para cortar por todos los lados. sistema de salud por la falta de capacidad y de equipo para atender pacientes, con carencia de personal protegido, bien pago y con buen trato de los patrones y del público. Removió los trapos del negocio nefasto de la salud con privatización y monopolio de atención al público manejado por vulgares comerciantes. Hasta retales milagrosos vendidos con agua de la que caiga por predicadores y vendedores de milagros, aparecieron estos días.

Sin proponérselo, el bicho se asustó con la cantidad de gente que aparece robándose los auxilios para los afectados por la pandemia, para competir con los politiqueros que se están robando los auxilios para los más jodidos. Claro que lo justifican por los votos de apoyo que financian las mafias que han conducido al país donde está, sin darse cuenta que la corrupción está institucionalizada hace muchos años, desde que la violencia fuera herramienta electoral y dadora de poder económico, social y político.

No han faltado los que afirman que el Covid-19 fue traído por Cianurito Martínez como cortina de humo para mimetizar oscuras operaciones, sin utilizar anestesia y sí mucha carreta para caerle a los ahorros del pueblo y regalárselos a los bancos. Este retaleo por lo menos sirvió para recordar el gran negociado con la salud pública promovida con la Ley 100/93 por mercachifles tan solo preocupados por su bienestar personal.

Chiros sobraron para llenar los costales de quienes, como los necrófagos de Armero, no dejan sepultar una víctima de una tragedia sin esculcarla. Los chiros colgados en alambrados de púas permitieron observar indígenas y campesinos a quienes les robaron sus tierras, esclavizaron y siguen explotando, pero que nos están dado ejemplo y con poncho o ruanas al hombro camellan, sin descanso, para abastecer de comida a los colombianos que quedan bien alimentados con lo que producimos, sin necesidad de consumir basura importada dañina y cara

Y como siempre los desplazados, los que nada tienen, excepto miseria, tuvieron que colgar un chiro rojo en la puerta de sus casas, clamando por un plato de comida, pues esas familias viven del rebusque, de lo que puedan conseguir en el día a día. Pero a esas casas el estado nunca llega.

El virus que nos coronó también nos puso a pensar que necesitábamos una pandemia como la que estamos viviendo, para entender el deterioro del planeta. Gracias a esta cuarentena, pudimos volver a ver los nevados y a una cantidad de animales que hoy se pasean, como Pedro por su casa y que ya habíamos olvidado que existían. Con razón Papacho dijo: “No hemos escuchado las voces de los pobres y del planeta”.

Pero el bicho no se queda quieto ni tranquilo. Debe estar asustado al ver la corrupción que carcome todas las bases del Estado. Despertamos o nos trastea Satuple.

*- Ñapa: Berracundeo invita a todas las personas, sin distingos de ninguna índole, a que colguemos una bandera blanca en las puertas o ventanas de nuestras casas, como señal de reconocimiento y aprecio a todo el personal de salud- médicos, enfermeras, auxiliares y demás integrantes del equipo- por su trabajo, pues día a día están en la primera línea dando la batalla contra el Covid-19, con absoluto profesionalismo, exponiendo sus vidas por salvar las de sus pacientes.

HÉCTOR MANUEL GALEANO ARBELÁEZ

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