Sancocho ético

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Hablar de Ética en el país es como disparar con escopeta mojada, o para decirlo más coloquialmente, abrir el pico por joder. Cuando se plantea el problema de la falta de honestidad intelectual en algunas universidades, se anuncia como candidato para Ministro de Ciencias a un personaje que de inmediato generó el rechazo de la Academia Colombiana de Ciencia y de doce exdirectores de Colciencias.
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La noticia de los plagios del candidato puso a galopar al presidente para darle posesión muy rápido y enviarle así un excelente mensaje a la comunidad científica y a las universidades bastante recargadas de acusaciones, por sacar profesionales sin ética y sin vocación de servicio y muy interesados en acumular dinero.

Los que creían que en las charlas sobre la U.T se incluiría la Ética por lo del ministro plagiador quedaron soñando. Por ahí se recuerda a una profesora de Literatura, de la misma universidad que publicó un libro de poemas, incluyendo como suyos varios de Humberto Cárdenas. Y en una entrevista radial al preguntarle a la profesora sobre el descarado plagio, esta se florió: “Eso me ayuda a la venta del libro”. Alguien preguntó qué más tendría en venta la profesora y se embejucaron varios catedráticos de la U, por falta de respeto con la poetisa y enfilaron baterías contra el preguntón, acusándolo de haber escrito un artículo afirmando que la UT era un semillero de guerrillos. Cuando aceptó su error uno de los profesores solidarios, se acercó al preguntón y le dijo: “No lo escribió, pero sí lo pensó”.

Sin salir de esa alma máter, se recuerda a un distinguido periodista que se ganó un concurso literario con plagio y casi no devuelve lo del premio y otro profe que  se lanzó al estrellato fusilando un libro de suelos publicado por la misma universidad y sigue publicando  materiales llenos de falsedades y pendejadas.

En días pasados dieron un concierto en Neiva, con los desaparecidos Coros del Conservatorio, dirigidos por Niansesabe y como estamos donde estamos, nos toca presenciar el despelote de la corrupción de la Corporación Festival Folclórico.

Atentan contra nuestro patrimonio cultural en nuestras narices y todos felices por no habernos enterado que hoy la corrupción en la cultura hace parte de nuestro folclor y que no había crecido tanto como cuando un costoso historiador ganó con el plagio de un libro de Hugo Viana, o cuando un folclorípedo, publicó en una revista especializada el plagio de dos danzas, para años después hacer publicidad con un premio internacional ganado en un concurso inexistente.

Ñapa.- “Necesitamos líderes que no  estén  enamorados del dinero, sino de la justicia, que no estén enamorados de la publicidad sino de la humanidad”. Martin Luther King.

HÉCTOR GALEANO ARBELÁEZ

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