Bivran los sueños

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Estaba soñando tranquilamente a la luz de la luna, cuando lo despertó un escándalo de relinchos, rebuznos de ignorancia, que trataban de justificar el retiro de un monumento de Manuel Quintín Lame, elaborado en icopor, por estudiantes de la U.T.
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Se hacía sentir la autoridad del Secretario de Gobierno de Ibagué, que quería demostrar su ignorancia sobre nuestra historia y su fuera de lugar en temas culturales. Ni idea que Quintín Lame fue  un líder pijao, golpeado en la cara por el abuelo de Paloma Violencia, cuando era conducido, amarrado de pies y manos por las calles de Popayán, que se  salvó de la emboscada de la Policía en Neiva  que tenía la orden del jefe conservador de eliminar al indígena y a su grupo.

Tampoco sabía el funcionario que después de los oprobios Quintín Lame marchó al sur del Tolima, donde organizó cabildos en Ortega, Natagaima y Chaparral y que murió anciano y pobre en Ortega. Y después preguntan porqué Ibagué está como está.

En 1950, año trágico para Colombia y los herederos de Quintín  Lame, el Ejército y la Policía destruyeron los ranchos de los indígenas de Ortega y Natagaima y sus ocupantes mandados al carajo.

Con la explotación del petróleo, Ortega se llenó de tinterillos especializados  en  legalizar el robo de tierras a los indígenas y su tragedia continúa gracias al embate que le están haciendo las petroleras.

El abandono en que se tiene a nuestros indígenas, se parece  mucho al que  sufren los habitantes de las  riveras del rio Combeima. La alerta que se dio con la avalancha  de 1959 de nada sirvió y muy poco se ha hecho por  el mantenimiento de sus afluentes y las obras necesarias para que el rio conserve su cauce, están en veremos.

Peligro permanente para el suministro  de agua para Ibagué, peligro que crece con la tala indiscriminada de  árboles , como se comprueba con  la simple  observación de lo que ocurre con la Martinica , a la vista de Cortolima. Pero para demostrar que Ibagué bivra, destruyen el medio ambiente en Calambeo.

 

HÉCTOR GALEANO ARBELÁEZ

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