Un colombiano en Miami

Hermógenes Nagles

Los colombianos del montón, los que no fuimos profetas en nuestros terruños y llegamos a los Estados Unidos a reconstruir sueños truncos, hacemos historia todos los días con diferentes cuentos e inventos que mueven público. Muchos de estos se destacan internacionalmente en los oficios más insólitos y extraños del mundo laboral.
PUBLICIDAD

Jorge Cárdenas Valentino, un locutor de pasado epopéyico, presentador de la Orquídea de Plata Philips, animador de radio y televisión, abandera en Miami su fundación Colombianidad, que exalta personalidades y crea eventos versátiles que conquistan aplausos y paisanaje.

Fabio Andrade, es un político con vigencia de más de 30 años en los Estados Unidos y agencia una organización empresarial que da cátedra y trabaja sin descanso por el fomento de las exportaciones e importaciones made in Colombia a la que pertenece más de un centenar de hombres y mujeres de negocios, entre estos, americanos, colombianos, venezolanos, argentinos, paraguayos. Es un Uribista triple A y es el gran promotor de campañas y plantones de adhesión y respaldo permanente de cuanto enredo se mete su jefe político, el inquieto senador del Centro Democrático. 

Alejandro Muñoz Garzón, un periodista andariego que toda la vida se la ha gastado rastreando hijos, padres o hermanos extraviados para hacerlos abrazar ante millones de televidentes hoy hace derramar lágrimas a su audiencia internacional de la cadena hispana Univisión.

Para Alejo cada reencuentro es un parto porque cada historia de cómo se dejaron de ver los protagonistas y la odisea continuada de cómo los encontró se constituye en un apasionante episodio y nuevo drama de telenovela cada semana. La idea de dedicarse de lleno a propiciar reencuentros humanitarios le nació desde muy joven cuando su padre lo vio que era famoso y se atrevió a pedirle un favor así de chiquitito: que le trajera vivo a su casa a un hermano que nunca conoció y del cual fue apartado abruptamente por los infortunios de la violencia. Alejandro lo buscó por todas partes y cuando halló a su tío en un confín de la tierra ya era demasiado tarde. Su padre había expirado no por causa del Coronavirus sino por una pena moral surgida por la ausencia injustificada de su medio hermano. El joven huérfano no tuvo más remedio que trasladar ese primer capítulo de su desgracia familiar a la televisión colombiana, a un magazine sabatino que presentaba el inigualable Jota Mario Valencia en Promec TV, una programadora recordada aun entre los colombianos porque nos enseñó a revivir nuestra historia patria. Después fundó “El minuto del reencuentro” en uno de los shows de Jorge Barón, dio un pasito a Caracol TV y de un sancazo atravesó el charco y se vino a vivir a Miami, dispuesto a dejarse apechichar de su novia Aurorita, una bella mujer con la que por azares de la fama había dejado de verse cuatro décadas atrás.

Alejandro Muñoz es uno de los rostros más conocidos en la televisión hispana de Miami como quiera que se desempeña como investigador de personas desaparecidas para la cadena Univisión, rimbombante cargo que le creó su amigo y colega, Daniel Coronel, jefe máximo de Noticias Univisión. Alejandro se rompe el cráneo y se ingenia historias inéditas que graba minuciosamente en Colombia, Panamá, Suiza, México, la China y la Conchinchina. Cuando llega a Univisión haciendo escándalo de cómo encontró a su personaje extraviado las famosas conductoras de “Despierta América”, María Antonieta Collins y Paola Gutiérrez se roban el show narrando con voz pausada y engominada de drama el nuevo tele novelón. Con esas dos bellas figuras de la pantalla chica de Miami, Muñoz comparte set y llora con ellas y con sus invitados hasta que los coordinadores de estudio los separan.

Con Alejandro Muñoz nos empeñamos desde el 2015 en librar una campaña de denuncia ante la prensa de los Estados Unidos sobre niños secuestrados por las Farc, desaparecidos de cientos, miles de hogares colombianos, la mayoría de los cuales fueron enterrados en la manigua. Los que sobrevivieron hoy son hombres creciditos, o bastante viejos que hacen uso de buen retiro de la guerra fratricida del narcotráfico en la que nos embarcaron los Tirofijos, los Timochenko y los Monos Jojoy. 

HERMÓGENES NAGLES

Comentarios