Puertos: “Hi-Tech”

Rudolf Hommes

Antes de haberme familiarizado con algunos de los procesos que intervienen en la operación de los puertos nunca hubiera pensado que son un sector de alta tecnología...

Como toda empresa de alta tecnología, un puerto está sometido a cambios drásticos provenientes de innovaciones que tienen impactos significativos sobre su productividad y no puede por lo tanto dejar de estar al día y mucho menos quedarse atrás en inversiones. En esos sectores, “camarón que se duerme se lo lleva la corriente” porque tanto en el Caribe como en el Pacífico están pendientes los competidores de cualquier debilidad, y en este negocio perder un cliente puede significarle a un puerto una pérdida del 25 % o 30 % de sus ingresos, más de la mitad de su utilidad operativa. 

Por otra parte, el negocio marítimo está cambiando permanentemente, no solamente por el acelerado proceso de cambio tecnológico, sino también porque la competencia es feroz y lleva varios años consolidándose y adaptándose a las condiciones de costos, por ejemplo del combustible y generando economías de escala. Antes de que se reformara el Canal de Panamá con tal de acomodar buques más grandes, estos ya estaban operando a través del Canal del Suez y esto afectaba los flujos de carga y el comportamiento de los transbordos en el Caribe. Los puertos del área tuvieron que responder. Hicieron grandes inversiones en acondicionamiento de muelles, áreas de almacenaje, equipo de manejo de carga y en software. 

Pero ahora está en marcha, a causa de la apertura del nuevo Canal de Panamá, un cambio aún más extremo que ha hecho obsoletos en forma sorpresiva y casi instantánea varios de los cambios inducidos por la revolución anterior. Los barcos que están llegando son mucho más grandes, su tamaño supera el doble del de los anteriores, son mucho más altos, anchos y de mayor calado. Muchas de las grúas que se importaron hace dos o tres años simplemente no dan el ancho ni la altura para atender a estos navíos, antes de que se haya cumplido el ciclo de vida esperado de muchas de esas inversiones, en particular las grúas y los muelles. Las que se importaron el año pasado pueden ya estar obsoletas, como parece haberle ocurrido a un puerto que ni siquiera se ha inaugurado. Las autoridades no están al día y no renuevan sus conocimientos ni sus reglas con suficiente oportunidad.

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