Paz y reconciliación

Luis Alfredo Huertas Pontón

Estamos en tiempos de paz y reconciliación, algo que llevamos varios años esperando y que en muchas generaciones nunca hemos visto ni gozado. Nuestro país y nuestra región necesita paz para poder crecer y para aprovechar todas las grandes oportunidades que tenemos. Pero la paz no puede ser un tema de campaña, ni mucho menos una polarización política, la paz debe ser un derecho que tenemos como ciudadanos. Y es que creemos que el tema de la paz es un tema de los políticos, de los militares, de los guerrilleros y no es así, la paz la construimos en el día a día y todos somos responsables de eso. La paz comienza en nuestros hogares con nuestras familias, la paz comienza en la calle con nuestra cultura ciudadana, la paz comienza con el respeto de las opiniones, la paz comienza con la ausencia de odios y la tolerancia, la verdadera paz comienza por nosotros.

La paz por definición, es la “situación en que no hay guerras ni luchas entre dos o más partes enfrentadas”, esto quiere decir que implícitamente la paz tiene que ver con uno de los valores más importantes que hay: el respeto por los demás y por su forma de pensar, así no se esté de acuerdo. Voltaire decía “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo” hablando del derecho de expresión, pero en esencia se refería al respeto por los demás. Y es que el respeto por la diversidad de opiniones es lo que construye la paz verdadera, pero desgraciadamente vivimos en una cultura donde se ha perdido el respeto por los demás, donde la división radical e irrespetuosa en diferentes temas o situaciones pone a las personas en un bando o en otro, donde es más importante atacar a quien piensa diferente y ver esas diferencias en vez de ver los puntos en común y construir con ellos. Esa cultura es la que los tolimenses debemos cambiar para que haya una paz real.

Esta paz no es cuestión de una firma o de una votación, esta paz la construimos en el día a día y todos somos responsables de eso. Cuando no se respetan las leyes de tránsito, no se está respetando a los demás, cuando no respetamos una fila, no se está respetando a los demás, cuando botamos basura a la calle, no se está respetando a los demás, y así podríamos tener muchísimos ejemplos de nuestro irrespeto en la cotidianidad. A veces nos pesa más el individualismo, incluso muchas veces el egoísmo y hasta la envidia, que el pensar en colectivo y entre todos hacer las cosas bien. Y entonces comienzan los conflictos, las peleas, los bandos y se daña la paz construida.

Por otro lado, son las instituciones quienes deben convocar y dar ejemplo de paz, tenemos muchas oportunidades en nuestra región y muchos puntos en común para trabajar pero por diferencias ideológicas no estamos trabajando en equipo tanto el Departamento como el Municipio aún cuando los temas son los mismos. Los esfuerzos se ven divididos y aunque estamos jalando para el mismo lado y en los planes de desarrollo los temas son los mismos y las necesidades son las mismas, las acciones individuales no llevan a que se solucionen rápidamente los problemas. Los empresarios necesitamos que por fin llegue la paz, pero no solo el silencio de las armas y el comienzo de la tranquilidad y la seguridad, sino que llegue la paz entre la Gobernación y la Alcaldía, que así como los enemigos de más de cincuenta años pueden sentarse a trabajar por el país y dejar de matarse, se puedan sentar los equipos de estas dos grandes instituciones que manejan los destinos de nuestra región, y por que no el mismo Gobernador y el Alcalde de Ibagué, y puedan trabajar en equipo en pro del crecimiento económico y del desarrollo empresarial y social de la región, y para ello cuenten con la Cámara de Comercio de Ibagué como una institución imparcial que su único interés es el desarrollo de las empresas y por ende de todos los que viven de nuestra economía.

Necesitamos crear una conciencia colectiva para construir una mejor cultura ciudadana, para querer más nuestra ciudad, querer más nuestro departamento, y para no sólo criticar sino actuar y actuar para dejar de hacer, muchas veces inconscientemente, las cosas que no construyen y que crean los problemas que después hasta a nosotros mismos nos molestan.  Necesitamos que se mantengan las diferencias conceptuales, que aportan y enriquecen, pero que se trabaje sobre los temas en común en beneficio de todos con respeto y amor por nuestra tierra.  Cuando lo logremos, seguramente tendremos una verdadera paz.

*Presidente Ejecutivo Cámara de Comercio de Ibagué

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