¡Bajar los estratos, ya!

Hugo Patarroyo Murillo

Mejor dicho, que el que esté ubicado en estrato 5, baje al 4, el de 4 al 3, el 3 al 2 y así sucesivamente. No se requiere ser “máster” en la materia, ni manejar curvas, proyecciones, o cuadros, para entender que lo que más afecta el bolsillo de los ciudadanos, ya sea ibaguereños, espinalunos o atacunos, es el pago de los servicios públicos. Y… como todo el mundo sabe, éstos y otras cositas como el internet, el gas domiciliario y alguno que otro servicio, fundamentan sus tarifas en el estrato al que pertenece el usuario.
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Es obvio que, con una audaz medida como ésta, se ampliará sustancialmente la base de los subsidios, pero eso es mejor que estar repartiendo “cuasi-mercados”. Pues bien, para no hacer mérito a lo que el académico francés Jean D´ Ormesson denominó como “ineptocracia” o sea, el gobierno de los ineptos, es importante considerar que sí se pueden presentar alternativas de solución, y no llegar a lo que el economista Ismael Molina ha definido como “caminar hacia la debacle, con los ojos abiertos”.

Por todos es sabido que la normatividad de los estratos en nuestro país, la estableció Planeación Nacional, basada principalmente en el tipo de vivienda, ubicación, acabados, etc, etc.  Pero también es conocido que en todos los municipios de Colombia, hay por lo menos, una persona que se encarga de la interpretación del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), de donde se deriva la exégesis y su consecuente asignación del estrato.

Actualmente, en el Tolima, la coyuntura es alarmante y en Ibagué específicamente, la Tasa de Desempleo llegó al 31.7, según el Boletín Técnico del Dane de Mayo 20, que interpreta el “Trimestre móvil de Marzo – Mayo de 2020”. Cabe anotar que, en el  mismo periodo  del año pasado, nuestra “Ciudad Musical” andaba por el 16.6 de desocupación. En resumidas cuentas, la gente parada, casi se dobla. Los expertos dirán que el tema del “Coronavirus” abarca este periodo pero… ¿por qué no es igual , en ciudades como Bucaramanga que, con todo lo que representa la inundación de venezolanos en esa ciudad, la tasa de desempleo se ubicaba el año pasado en 10.6  y este año en 18.8?  O, ¿en el caso de Valledupar, la capital del Cesar,  con un desempleo del 16.7 el año pasado y  22.6  en el presente año, habida cuenta el sostenimiento negativo del precio en la ganadería?  Algo anda mal. Tal parece que los que ocupan fugazmente la dirección de las entidades territoriales no perciben la situación tal y como es. Definitivamente, “no hay más ciego que el que no quiere ver”. Desde hace meses, tanto Gobernador como Alcalde de Ibagué, han debido de integrar un equipo asesor (ad-hoc, que no sea de corbatas), o una “mesa de crisis” compuesta por los más prestantes académicos y profesionales del Tolima, para que aporten ideas. No muchos, claro está, para que no se dé, lo que decía el expresidente López Pumarejo : “Cuando no se quiera resolver un problema, nómbrese una Comisión”.

La situación hoy en día es preocupante y, bien valdría la pena que fuera el Gobierno Nacional, mejor dicho, el Presidente Iván Duque Márquez, el que de “un plumazo” baje toda la estratificación de los connacionales a su  nivel anterior. Con eso se evitaría la incidencia de los politiqueros en esta importantísima decisión que, ¡va a ser muy bien recibida por todos los colombianos!

HUGO PATARROYO MURILLO

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