San José de Ataco, entre la minería y el turismo

Hugo Patarroyo Murillo

El pasado viernes 19 cumplió 364 años de fundado, el mal llamado Municipio de “el Ataco”, ya que su nombre real y verdadero es, historiográficamente hablando, San José de Ataco.
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El que otrora fue -en los años 40’s y 50’s- un pujante Municipio cafetero que,  incluía a Planadas, Gaitania, Sur de Atá y Bilbao, hoy en día enfrenta una de las más caóticas situaciones socio-económicas de las que haya podido vivir comunidad alguna en el Tolima.  La politiquería “arrasó” con cualquier proyección de desarrollo que se pudiera brindar para Ataco y sus más de 100 veredas. Hizo carrera que  el que llegaba a administrar el erario, a lo único que aspiraba era, a llenarse los bolsillos con la platica que les pertenecía a los atacunos. 

Al “pueblito” lo salva un poco la minería artesanal de miles de “paisanos” que bajo rudimentarias condiciones y exponiendo “el pellejo”, buscan en las entrañas de este fértil valle del Saldaña, el sustento diario para ellos y sus familias. Claro está que, esta riesgosa actividad, cobra con alguna frecuencia y mucho dolor, las vidas de jóvenes surtolimenses quienes son los que más se arriesgan en la extracción y, los cuales,  al no tener una alternativa distinta a meterse en un socavón, prefieren jugar a “la ruleta rusa”, en profundidades insospechadas. El tema del café, quedó localizado fundamentalmente en el corregimiento de Santiago Pérez y algunos sectores como Balsillas, Canoas, Montefrío, La Reforma y algunos otros. 

Pero... en Ataco, no todo está perdido. El atacuno se ha dado cuenta del “gran filón de oro” que constituye el turismo. Muy seguramente, acostumbrado a ver desde muy pequeño lo hermoso del panorama, no había podido percibir la riqueza visual que tiene su entorno: la belleza de sus paisajes. Muy curiosamente, la pandemia logró lo que muchas entidades estatales no habían podido realizar: que arribara mucha gente “de huida”, proveniente de los grandes centros urbanos y que teniendo raíces en la población, se estableciera en el Municipio, buscando una mejor calidad de vida, para ellos y sus familias. 

El problema es que al Municipio, le hacen falta, fundamentalmente, dos cositas: de una parte, un poco de “maquillaje”, puesto que las “sobras” inconclusas que desbarataron el poco pavimento que existía en la población, han llevado a dar una muy mala impresión en las calles y, en estas, en época de verano, “el polvero” es insoportable. Ataco, es el único Municipio del Tolima , cuyo cuadrante del parque principal y sus calles colindantes, se encuentran en muy mal estado. Lo otro, es que no existe una verdadera cultura turística. Mejor dicho que el atacuno que de por sí, es amable y hospitalario, sepa mostrar con orgullo lo atractivo de su entorno y se organice muy bien el tema hotelero y, de esta forma, se hospede al turista que, cada día y,  con más frecuencia quiere visitar esta región del Sur del Tolima. 

Son dos “tareitas”, tanto para el Alcalde Miller Aldana Castro, como para el Concejo Municipal quienes, hasta el momento, han demostrado un denodado interés por ayudar al Municipio. A la Primera Gestora, Belkis Lugo, se le ha visto muy direccionada en el tema de la imagen del “casco urbano” y, a Henry Alexander Pérez como Secretario de Gobierno, las gestiones le son generalmente fructíferas. Hoy en día, habiendo cumplido 364 años de fundado, la comunidad de San José de Ataco, confía en un mejor futuro.

HUGO PATARROYO MURILLO

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