¿Qué…. Nos robaron? ¡Sí, nos robaron!

Hugo Patarroyo Murillo

Las elecciones del pasado 13 de marzo sacaron a flote, muchas de ‘las fallas’ que aquejan al sistema electoral colombiano. ¿Cómo creer en un método, cuando ese procedimiento es manejado por personal sin escrúpulos? Cuando, a sabiendas de la falta de credibilidad que aqueja al establecimiento colombiano, ‘juegan con candela’ al quitar votos, suprimirlos, dañarlos a propósito para anularlos, redireccionarlos a favor de sus ‘padrinos’, etc., etc?
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Y…. lo mejor de todo, es que, todos se lavan las manos, como ‘Poncio Pilatos’. Nadie tiene la culpa de nada. Ya se vio la actitud: el perro al gato y, el gato al ‘garabato’. Adicionalmente, la ‘mass media’, untada de mermelada, como dicen los españoles, ‘hasta el moño’, por el establecimiento regional y nacional, se hacen ‘los de la vista gorda’ y, aparece es ‘Matamba’, ocupando un gran espacio en las noticias. Aquí no pasó nada.

Para rematar, y según lo informó la Revista Semana hace pocos días, para la Fiscalía General de la Nación, los “errores humanos en elecciones, no son objeto de investigación penal”. Mejor dicho, y desmenuzando la frase, los errores, pueden ser también de animales, como si estos, pudiesen ser sujetos activos del delito.

Adicionalmente, se abre un gran boquete jurídico sobre el tema de los ‘errores’. Puede darse un error de hecho, un error de derecho, etc., etc. En este punto, en Colombia, se establece un nuevo orden jurídico mundial. Atrás quedaron las orientaciones del romano Ulpiano sobre Derecho Público y Derecho Privado. Al traste, con el Derecho Romano, la Filosofía del Derecho y la Teoría del Derecho. Aquí, ‘volteamos la arepa’, acorde a las ‘necesidades del servicio’.

Prestigiosos columnistas de medios nacionales, como Roberto Carlos Torres de El Universal de Cartagena, intituló “¿Errores Humanos o, fraude electoral?”, en el que se dice que: “Existe la obligación legal de garantizar transparencia, durante todo el proceso” y se debe establecer responsabilidad por lo acontecido.

“El sistema electoral colombiano tiene que generar confianza, ser imparcial. La magnitud de los errores, conlleva a mantos de dudas que no pueden ser permitidos, cuando estamos próximos a la primera vuelta presidencial”, dice en otro de sus apartes.

En departamentos como el Tolima, se percibió que el ‘electorado’ se comportó con un claro direccionamiento, en contra de agrupaciones o partidos políticos como Cambio Radical, la U, el Centro Democrático, los verdes, etc., favoreciendo principalmente a partidos tradicionales como el Conservador.

Adenda: Lo cierto es que aquí, la gente espera que por lo menos, se aclare quién o quiénes estuvieron detrás del fraude. Todo tuvo que haber tenido ‘un cerebro’ o ‘una ‘cerebra’’, que se beneficiaba con las trampas. Eso no fue espontáneo. Claro que, aquí no ha pasado nada. Entretanto… ¡Qué viva la fiesta! ¡Qué viva el Carnaval de Barranquilla! Arriba sus garabatos, sus marimondas, el Congo y el Monocuco de ‘la Arenosa’ de los Char, con Fico en el Metropolitano.

Hugo Patarroyo Murillo.

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