Y… ¿qué?

El fin del 2020 y los comienzos del 21, me llevaron a analizar retrospectivamente los escritos de los principales (verdaderos) columnistas y forjadores de opinión en el Tolima.

Carta al “Niño Dios”

Como siempre, este año, nos portamos bien y por éso creo que nos atrevemos a solicitarle algunos regalitos para el año entrante. Bien sabemos que, este año fue muy difícil para muchas familias por el tema de la pandemia que azotó a todo el mundo y por éso, tú vas a tener mucho trabajo al contestar todas las cartas que te han llegado.

El Tolima, entre “Colombinas” y “Bon-bon-bunes”

En nuestro Departamento, se masificó el tema de las “colombinas” y los “bon-bon-bunes”. Las hay de todos los sabores y, para todas las edades. Para todos los grupos políticos y, para todos los sectores. Hoy en día, el que tiene el carrito de los dulces -de color azul- es, el que reparte los confites a diestra y siniestra. Lo que la gente no sabe, es que, ésos “dulces”, provienen de sus propios bolsillos y que, el dueño del carrito de los caramelos, ha amasado, todo un supermercado de golosinas. Conseguida esta “gran superficie”, con un cuestionado manejo.

La batalla por la ”Casa Blanca”

Ahora, que proliferan “Politólogos” como curíes, sobre todo en el tema de las elecciones de Estados Unidos de Norteamérica (Trump vs. Biden), es importante recordarles a los nuevos intérpretes del tema que, el fundamento de la Ciencia Política, como disciplina académica, es, el “Análisis Político”, tratando de dejar de lado, indudablemente el sesgo u orientación ideológica que se pueda tener.

¿Por qué ganaría Donald Trump, hoy?

Recuerdo como si fuera ayer, a nuestro dilecto profesor el exministro Fernando Cepeda Ulloa, en una clase de la Facultad de Ciencia Política de la Universidad de los Andes, disertando sobre la urgente necesidad de la modernización del sistema electoral en Colombia y, ponía sobre el tapete, el caso de cómo era que se efectuaba la escogencia del Presidente de los EUA, el método de votación indirecto, los colegios electorales en Demócratas y Republicanos, los condados, las nominaciones de los delegados, etc, etc. y, lo mejor de todo, la celeridad para informar sobre los resultados.

La “enfermiza” obsesión de Ángela Maldonado

Para muchos, el nombre de Ángela Maldonado no indica mayor cosa. Pues bien, vale la pena indicar quién es una de las personas que lleva ese nombre: es una señora tal vez bogotana, que estudió Administración de Empresas en la Unad, mejor dicho, que tiene un perfil básico académico en los “bussines”, en los negocios. Claramente, la disciplina que escogió, la que le llamó la atención para nutrir su estructura universitaria, fue la de “los negocios” o Administración de Empresas, como decimos en Colombia. La Sra. Maldonado, no estudió Bacteriología, Microbiología, Biología y mucho menos, Medicina. Estudió para empresaria.

El “Covid” de Donald Trump

Parte de la desconfianza que tiene la gente sobre la mayoría de la clase política, está fundamentada en la cantidad de mentiras, engaños y falacias que dicen los politiqueros de turno. No se “ruborizan” para nada. En campaña, prometen  de todo, “lo divino y lo humano”. Les da igual mentir a diestra y siniestra, con tal de llegar al sitio, donde van a incidir en el manejo de la platica de todos. Para ellos, todo se vale. Hay que “coronar”, a como dé lugar. Se juega, con lo que sea.

¿Con qué “Autoridad Moral”?

La anterior, fue una frase que se utilizó durante mucho tiempo y, que, como todo lo bueno, se fue “diluyendo” y se terminó perdiendo en las penumbras de la actual sociedad. Igual le pasó a la ética, a los llamados “principios” y al respeto por los demás. Ésa frase quería decir, ni más ni menos que, la persona que “sentaba cátedra” sobre algo, debía ser no solamente conocedora del tema, sino también transparente, impoluta, diamantina. Mejor dicho, ser poseedora de la famosa “Autoridad Moral”. Y… por el contrario, cuando el individuo no poseía ese tipo de autoridad, era porque su comportamiento se clasificaba como contaminado, corrupto, deshonesto, así fuera conocedor del asunto a discutir. Siempre afloraba el cuestionamiento: ¿la persona tiene o no, “Autoridad Moral”, para proponer tal o cual cosa?

El Tolima, entre Voltaire y Maquiavelo

Tal parece que, estos dos escritores y filósofos, son los ídolos de la élite política en nuestro Departamento. De pronto, hasta sin saberlo. Lo cierto es que, tanto el francés como el italiano, tienen en nuestro Tolima, aventajados alumnos que, interpretan a cabalidad sus postulados.

La vigencia de Álvaro Gómez Hurtado

Cada vez que los colombianos buscan sitio para cuestionar “el establecimiento”, abrevan en la cascada intelectual de Álvaro Gómez Hurtado. Ahí, en ése pensamiento y en ésa interpretación de lo nuestro, es donde se encuentran muchas de las soluciones a las cíclicas crisis, por las que en espiral ascendente, transita nuestro país. Es increíble que, como ya se sabe, es el único al que verdaderamente los colombianos le “quedaron debiendo la Presidencia de la República”. Y todo, por el espectro de su padre, el polémico Laureano Gómez Castro.