¡Al fin!

Hugo Rincón González

La noticia se esperaba en el sector de los ambientalistas y se recibió con alborozo en la noche del lunes anterior. El congreso había ratificado el Acuerdo de Escazú en una jornada donde la oposición del Centro Democrático y Cambio Radical se habían retirado del recinto, alegando “falta de garantías”. Seguramente olvidaron que esta nueva bancada legislativa desde su posesión le dio cuatro debates para aprobar la ratificación, convirtiendo a Colombia en el país número 14 entre los 24 que lo aprobaron.
PUBLICIDAD

 

La satisfacción de los ambientalistas era justificada después de ver en el gobierno anterior de Duque, una actitud displicente para conseguir el resultado de su aprobación, pues aunque de dientes para afuera le pedía al congreso su ratificación, su partido, el Centro Democrático en alianza con otros de la coalición de gobierno, se unieron para sabotear este propósito. Por eso muchos luchadores por un ambiente sano y sostenible respiraron profundamente al conocer la noticia largamente esperada y exclamaron: ¡Al fin!

Como se ha registrado profusamente por la prensa, el Acuerdo de Escazú tiene tres propósitos principales: 1) garantizar el acceso a la información ambiental, especialmente, en proyectos que puedan afectar a las comunidades y sus territorios, como en la explotación de minerales e hidrocarburos; 2) la participación pública de todos los actores en las tomas de decisiones ambientales; y, 3) las garantías de acceso a la justicia para los defensores ambientales. El último punto cobra importancia si recordamos que en Colombia asesinan líderes ambientales sin miramientos y que en 2021 fueron asesinados 33 líderes en diferentes regiones del país.

En varios momentos del largo y farragoso debate se señaló por parte de la oposición que el Acuerdo podría llevar a la pérdida de soberanía al Estado colombiano por la activación de la jurisdicción internacional, sin embargo, los partidarios de Escazú señalaban como falaz este argumento pues ratificarlo no significa “someterse” al Sistema Interamericano de Derechos, sino estar en un marco de garantías de derechos humanos, estableciendo de manera clara que los países tienen soberanía sobre sus recursos naturales y siempre se van a aplicar las normas más garantistas. Debate fue lo que se presentó, la diferencia con el gobierno y el congreso anterior es que hoy la correlación de las fuerzas políticas cambió y mayoritariamente se dio su aprobación.

Ahora viene la pregunta de cómo será su implementación y cómo se financiaría el Acuerdo. Según respetados analistas lo que se hará es “tomar la reglamentación de Escazú, tomar la reglamentación que existe en Colombia y hacer un vínculo: cuál es más garantista y cómo fortalecemos”. Además, se tienen previstas unas mesas de diálogo para construir participativamente la manera de aterrizar el Acuerdo. Sobre el tema presupuestal se señala que lo aprobado debe tenerse en cuenta en el Plan Nacional de Desarrollo.

Una de las noticias ambientales del año será sin duda el Acuerdo de Escazú en un gobierno que le apuesta a la vida. Como lo señalaron varios congresistas que trinaron evidenciando su alegría, no valieron maniobras dilatorias y menos los argumentos fuera de lógica y disparatados de sectores retardatarios, el congreso se mantuvo firme y acabó aprobando este potente instrumento para la defensa del ambiente y quienes trabajan por su conservación y cuidado.

Luego de su aprobación aún resta camino por recorrer, pero se respira otro aire en un congreso que históricamente le había dado la espalda a las urgentes transformaciones que requiere Colombia, mientras tanto, la sociedad civil sigue alerta y expectante, haciendo control social a los grandes temas como este que contribuirán al fortalecimiento del desarrollo sostenible y la paz entre nosotros. ¡Al fin!

¡Hagamos región y apoyemos lo nuestro!

Lo invitamos a seguir leyendo aquí 

https://digital.elnuevodia.com.co/library

HUGO RINCÓN GONZÁLEZ

Comentarios