Un ministerio menos

Fabio Humar

En épocas de austeridad- y en Colombia siempre estamos en austeridad- no resulta descabellado eliminar una que otra entidad, de esas que ya está probado, hasta la saciedad, de que no sirven para mayor cosa.

Acá mi voto, al mejor estilo de reality show, es para el ministerio de Justicia.

Quizá nadie note su ausencia los primeros 3 o 4 años, pero ya después algunos nostálgicos lo empezarán a echar de menos.

Ese ministerio, estaba en cabeza de una señora a la que no se le oyó la voz, mucho menos una opinión contundente, es absolutamente innecesario. Acá van mis razones:

La justicia, como entidad, no existe. Existen, sí, diferentes entidades encargadas de propiciar justicia, como la Fiscalía, o de administrar justicia, como los juzgados. Pues bien, en ambos casos, esas entidades tienen su propio gobierno: La Fiscalía la gerencia y dirige el Fiscal General, que no es dependiente del Ejecutivo, por ende no le rinde cuentas al Ministerio de Justicia. Los jueces, a su turno, tienen un superior que es el Consejo Superior de la Judicatura; en ambos casos, fiscales y jueces, gozan de un muy amplio margen de independencia – cosa que está bien- , así que, en la práctica nada, absolutamente nada, puede hacer el Minjusticia en relación con los jueces o fiscales.

Sigue el tema de las cárceles, que en nuestro país son los peores antros de corrupción y delincuencia, por no decir que allí se violan los derechos humanos cada segundo. El Inpec tiene casi un centenar de sindicatos, y son sindicatos armados, lo que hace que gobernar esa entidad sea un imposible. Los señores del Inpec, seguramente bien asesorados, arman un sindicato cada rato, de forma que sus miembros gozan de fuero sindical y no los pueden despedir. Todo un abuso del derecho laboral, y del de asociación.

Algunas de las huelgas más duras y virulentas han sucedido en el sector justicia, lo que indica un amplio descontento, además de su poder casi ilimitado.

El Minjusticia en un ministerio sin ramo que gobernar. El Decreto que asigna funciones al Ministerio son casi un trabalenguas insulso: “Diseñar, hacer seguimiento y evaluar la política en materia criminal, carcelaria y penitenciaria, en la prevención del delito y las acciones contra la corrupción y la criminalidad organizada”, dice la bobalicona norma.

¿Alguien ha visto un avance en materia criminal, salvo por las anti técnicas e inconstitucionales leyes de “endurecimiento” del código penal? ¿Se ha prevenido del delito en algún lugar de este país, sobre todo en aquellos donde están matando defensores de derechos humanos? ¿Alguna persona ha visto, en sano juicio, un mejoramiento de una cárcel o penitenciaria? ¿Ha hecho algo, distinto de fortalecerse, la criminalidad organizada?

Si nos reímos de Bolivia por tener ministerio del mar, por estos lados tenemos Ministerio de Justicia, lo que debería llevarnos a las carcajadas.

Hubiéramos podido empezar dejando vacante el cargo.

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