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Desafortunadamente, la iniciativa fue engavetada por el gobierno del expresidente Guillermo León Valencia. En los gobiernos posteriores de Lleras, Pastrana, López y Turbay, el proyecto estuvo “Durmiendo el sueño de los justos”. Veintiún años después (1.983), otro visionario y líder político de la región, Rodrigo Dangond Lacouture, es designado por el expresidente Belisario Betancourt, como gobernador de La Guajira, y decide desempolvar el proyecto del distrito de riego para sacarlo adelante.
Un año después, en un vuelo de Barranquilla a Bogotá, el exgobernador Dangond se encontró al empresario Carlos Murgas, quien días antes había llegado de Roma (Italia), donde estuvo acompañando al exministro de Agricultura, Gustavo Castro Guerrero, en una misión diplomática de la FAO. El empresario Murgas, le comentó que en dicha reunión, el gobierno italiano había manifestado su interés de suscribir un convenio de cooperación para apoyar al gobierno colombiano en proyectos de irrigación agrícola.
Inmediatamente, el exgobernador Rodrigo Dangond, contactó al experto italiano Daniel Runfola, de la firma de consultoría Ifagraria s.p.a., para que viniera a la Guajira a conocer en terreno la iniciativa y pudiera formular una propuesta de estudio de factibilidad. Al poco tiempo vino a Bogotá una delegación del gobierno italiano, presidida por Susamma Agnelly, viceministra de Relaciones Exteriores de Italia, quienes se reunieron con el exministro de Agricultura, Gustavo Castro Guerrero y el exgobernador Rodrigo Dangond, para protocolizar la firma del convenio de cooperación para realizar los estudios de factibilidad de la represa del río Ranchería.
Al poco tiempo el estudio de factibilidad del proyecto “Uso múltiple de las aguas del río Ranchería”, determinó que la represa debería ser construida para tres fines: i) Irrigar 18.536 hectáreas para producción agrícola, ii) surtir de agua potable a nueve municipios y iii) generar energía a bajo costo en la zona de influencia.
Inmediatamente, el exgobernador Rodrigo Dangond, remitió dicho estudio al ex director del Departamento Nacional de Planeación, Jorge Ospina Sardi, para que formalizara con el gobierno italiano la realización de dicho proyecto. Con tantos problemas encima (holocausto del Palacio de Justicia y tragedia de Armero), el gobierno Betancourt, decidió aplazar la obra.
Para no alargarles el cuento, entre 1.984 y 2002, los gobiernos siguientes de Barco, Gaviria, Samper y Pastrana, se la pasaron haciendo actualización de la actualización del estudio inicial, hasta que el expresidente Álvaro Uribe, ordenó construir la represa. Desafortunadamente el expresidente Juan Manuel Santos, en sus 8 años de gobierno, no tuvo la voluntad política de ponerla a operar. Otra de las obras inconclusas que le dejó al presidente Duque.
Después de 58 años y 14 presidentes de Colombia, los guajiros tienen una represa con 198 millones de metros cúbicos de agua que no pueden utilizar. Decía Winston Churchill, “El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene, y de explicar después por qué eso no ha ocurrido”.
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