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El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Investigación, (anteriormente Colciencias), pretende fortalecer la formación de investigadores, el impacto en la salud entre otros aspectos, que se constituyen en un reto para las Universidades, más hoy, que debe aportarse a la superación de pandemias como la que estamos transitando.
Según el presidente Duque, “se asignaron recursos por valor de 256 mil millones de pesos, lo que representa una participación del 0,5 por ciento, del total del monto de inversión, destinados principalmente a fortalecer las capacidades de investigación en el país a través de la formación de capital humano de alto nivel, el fortalecimiento de las capacidades de los actores del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación para la generación de conocimiento y el Fondo de Investigaciones en Salud; así como, para el fortalecimiento institucional del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, entre otros”.
La segunda misión de sabios, conformada por 43 científicos de los cuales 15 son mujeres y de la cual se destaca la participación de Rodolfo Llinás, hace un llamado expreso para el incremento de la investigación, como un hecho que implica el desarrollo y la posibilidad de independencia de otros países en conocimientos básicos, para disputar posiciones relevantes en la economía global.
Ante la crisis que hemos vivido, ha emergido la necesidad de contar con la formación y la disponibilidad de recursos que garanticen la ciencia, la tecnología y la innovación, en desarrollo de proyectos de primer nivel y alto orden, que impacten e independicen al país gracias a los resultados de investigación que deben poner en marcha aportes significativos para optimizar la intervención científica con la mayoría de edad que debe caracterizar la investigación en el país.
Igualmente, las universidades en Colombia y los gobiernos, deberán tener claro el desempeño y dedicación de sus investigadores, para que no sean subutilizados y se ponga en marcha un plan ambicioso que apoye y aporte a subsanar el rezago científico que tiene el país, por cuenta también, de la fuga de cerebros ante la poca voluntad de apoyo presupuestal que históricamente pasa cuenta de cobro.
Por otra parte, dentro de las necesidades de formación para las nuevas generaciones, está la ciencia, la tecnología y la innovación, en una era donde abunda la información y por lo cual, los estudiantes esperan saber qué hacer con ésta. La investigación debe constituirse en parte del proceso formativo, donde los estudiantes aprendan haciendo desde sus propios intereses y aquí los proyectos de investigación formativa, aprendizaje basado en problemas, aprendizaje por descubrimiento, debe convertir el aula en un laboratorio y el docente en un investigador pedagógico, como lo plantea el británico Lawrence Stenhouse.
La constitución de semilleros de investigación, es decir, de grupos de estudiantes generalmente no superiores a 15, dirigidos por un docente, se configuran en una posibilidad de iniciarse en ésta.
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