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El cambio exigido por cuenta de la inesperada y amenazante crisis humanitaria mundial que recobra fuerza en China, (por el nuevo número de contagios de la covid-19), llevó también a Colombia a relacionarse de manera masiva con la tecnología, y a exacerbar las brechas de inequidad que fracturan el derecho a la disponibilidad de equipos e internet en las zonas rurales del país, donde se encuentra el 30 por ciento de la población nacional en edad escolar.
Gravísimo, porque se les sigue sometiendo al atraso y a la pobreza. Sin embargo, aún no se sabe nada de la devolución de los 70 mil millones de pesos caídos en bolsillos de corruptos delincuentes de cuello blanco, gracias a la ágil autorización del mismo Ministerio de las TIC.
En el año 2005, se implementan los robots colaborativos a través de la Universal Robots, con la misión de aportar a los humanos, teniendo como propósito potenciar la inteligencia artificial para el conocimiento, avanzando en la eficiencia y eficacia de los procesos que redundan en mayores niveles de productividad, pero requiere empatía entre estos sistemas y los seres humanos.
En el documento del Foro Económico Mundial que es el Organismo Internacional para la Cooperación Pública -Privada, se destaca la necesidad de invertir continuamente y de manera sostenible en educación e infraestructura en marcos globales de cooperación, diálogo y acción colectiva que indiscutiblemente tiene que abordarse desde la transparencia.
Igualmente, expresa que las personas requieren mayor formación en el uso de las tecnologías y a ello se enfrenta el 50 por ciento de la población laboral; el pensamiento crítico y la capacidad para resolver problemas, hacen parte de las habilidades que tendrán que incrementarse dentro de los primeros lugares. También, habilidades de autogestión, como el aprendizaje activo, la capacidad de recuperación, la tolerancia al estrés y la flexibilidad.
Hoy, los niveles de afectación mental se han elevado, identificando con mayor frecuencia miedos, ansiedades, temores, estados conflictivos y agresivos que hay que aprender a sortear en la interacción cotidiana.
"Tenemos las herramientas a nuestra disposición. La abundancia de la innovación tecnológica que define nuestra era actual puede aprovecharse para dar rienda suelta al potencial humano", dice el fundador y presidente ejecutivo del Foro, el profesor Klaus Schwab.
Entonces, las habilidades que refuercen los cambios para seguir siendo competentes, elevar los niveles de inteligencia emocional comprendiendo al otro y a sí mismo, la responsabilidad, la disciplina, la autorregulación, la resiliencia que obliga a continuar a pesar de las adversidades, el trabajo en equipo, imponerse y superar los retos, se configuran en una necesidad.
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