Reflexiones en esta Navidad 2021

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

Estamos en un período propicio para generar prácticas que podrían ser retomadas por la ciudadanía para obrar de manera similar, porque todo aquello que se escucha, a través de los amigos, de grupos sociales, de medios de comunicación, se constituye en una manera de permear las mentes de quienes vienen creciendo y aún no cuentan con posturas críticas no contestatarias, sino propositivas, reflexivas y en consecuencia transformadoras como lo plantea Habermas.
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La comunicación que encierra la problemática de la racionalidad en la sociedad, en el mundo, encierra patologías sociales de la modernidad  que se unen a la teoría de la acción social y de la acción lingüística. (Rojas Oviedo, Indira Orfa Tatiana (2013) Lecciones para docentes. Editorial Redipe)

La comunicación violenta, agresiva, usurpurpadora de derechos, sin sustento, sin argumentos, sin rigor, denota las luchas por el poder que se orientan a intereses mezquinos asemejándose al mundo de la micropolítica cuando en realidad hace parte de la macropolítica donde los individuos deben ostentar vuelo de alto calado y por lo tanto el  debate debe constituirse en un ejemplo contra las ideas, no como un hecho de carácter personal donde se ataca al otro.

Los climas políticos se convierten en tóxicos y somos testigos del conflicto que se pretende como estrategia y que según Weber “La teoría deberá considerar el conflicto como parte inevitable de la vida”… (Perrow, 1991, p.160).

Sin embargo, como ciudadanos, deseariamos unos debates propositivos, con argumentos de alto impacto que sirvan de antecedente a la vida de las nuevas generaciones que requieren llenar vacíos de formación ante todo, en sus posturas emancipadoras que buscan la transformación.

Quisiéramos la proyección de candidatos presentes, libres de odios, de envidias, con pensamientos de alto orden, que vuelen sin desear el daño al otro, porque nuevamente recuerdo  la lámpara de Aladino: “Pídeme lo que quieras y le daré el doble a tu vecino”, por lo cual ágilmente responde: “Sácame un ojo”. 

Afortunadamente nuestro departamento es grato, reconoce las bondades y capacidades de cada quien, por lo tanto sabe discernir, se une y hace fuerza pensando en el bien de todos, comprendiendo que no es necesario apagar la luz del vecino para que brille más la propia. Aquí necesitamos más, la lucha debe ser para que todos logren, alcancen y lleguen, solo así seremos más fuertes, tendremos más oportunidades y las necesidades de un departamento tendrán mayor número de interlocutores donde se requieren.

Finalmente, deseo en nombre de mi esposo Luis Eduardo Chamorro Rodríguez, de mis hijos Jonathan Iván y María del Mar Mejía Rojas y en mi propio nombre, que esta Navidad sea un espacio de armonía y compartir en familia, con el amor, la esperanza y solidaridad que nos debe asistir. Que el perdón y la reconciliación sean invitados especiales. Feliz Navidad y un Año Nuevo con mucha salud para todos.

INDIRA ORFA TATIANA ROJAS OVIEDO

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