El embarazo de infantes y adolescentes

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

El 29 de marzo del año en curso (2022), el Dane y la Organización Panamericana de Salud, divulgaron un documento de 36 páginas con datos estadísticos sobre los nacimientos de nuevos seres humanos en madres infantes entre 10 y 14 años;  adolescentes entre 15 y 19 años de edad, las cuales tendrían que  estar estudiando.
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A pesar de que disminuye la cantidad de  embarazos en los adolescentes, tiende a crecer en las niñas de 10 a 14 años, un  problema que tiene relación significativa  y crítica con la salud pública y el derecho a la educación de esta población a temprana edad.

Durante el año 2021 “se registraron en Colombia 4.708 nacimientos en niñas  que se convirtieron en madres  que oscilan entre los 10 a 14 años. Este número representa un aumento del 11 por ciento con respecto al 2020, cuando se registraron 4.243”, dice el informe estadístico. Lamentable situación.

Padres de familia y educadores asumen nuevas responsabilidades en el desarrollo físico y mental de una población muy grande, que llega a ser de 3 millones 961 mil niñas de 10 a 19 años y en el Tolima de 103.440 en este mismo grupo de edades, actores sociales relevantes, para el desarrollo de cualquier propuesta de intervención sobre este flagelo.

¿Qué se hace en el Tolima, sobre esta situación que no deja de ser compleja desde la perspectiva que se observe?

¿Qué hacer en los hogares y cómo impactar desde los establecimientos educativos?

Se están desarrollando planes, programas y proyectos estatales dirigidos a la atención y solución de este problema, pero  falta mucho en dirección a la prevención del embarazo de niñas y mujeres adolescentes.

Los efectos de esta situación se relacionan con el incremento de la pobreza, discriminación de género, acoso escolar, deserción, abortos clandestinos, enfermedades de transmisión sexual y mortalidad, que afectan la vida de seres humanos en formación.

En cuanto al sistema escolar, se plantea la necesidad de que los directivos docentes y docentes tengan conocimientos sobre los derechos constitucionales y normativos al respecto. Es obligatorio orientar la educación sexual, como una tarea de todos los agentes educativos, con la debida idoneidad y ética.

Sugiero un plan entre las Secretarías de Educación y las Secretarías de Salud correspondientes, de manera que lleguen hasta las familias y desde una mirada preventiva, sensibilicen a toda la población en edad escolar, en un plan hogar por hogar de “Desarrollo y crecimiento feliz”. Es una urgencia.

Son robustas las normas constitucionales, la jurisprudencia, que amparan y garantizan el derecho a la educación de mujeres embarazadas o madres a temprana edad, así solo cuenten con diez años. ¡Qué dolorosa así, la infancia que debe ser feliz!

La sentencia T-656 de 1998, trata el tema: No se puede excluir de las aulas a mujeres- (niñas) embarazadas; “la maternidad, es decir la decisión de una mujer de traer al mundo una nueva vida humana, es una de aquellas opciones que se encuentran protegidas por el núcleo esencial del derecho fundamental al libre desarrollo de la personalidad y que, por ende, no pueden ser objeto de injerencia por autoridad pública o por particular alguno”, dice la sentencia.

Coletilla: La Maestría en Educación  de la UT, tiene abiertas sus inscripciones hasta el próximo 2 de septiembre del año en curso: www.ut.edu.co

INDIRA ORFA TATIANA ROJAS OVIEDO

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