La vacuna contra la malaria

Los investigadores son cautelosos y manifiestan que todavía es necesario avanzar en los estudios para que la vacuna aumente su efectividad y que muestre una protección consistente. Una esperanza para los países en donde la malaria es endémica, incluyendo Colombia.

Las posibilidades de que el mundo cuente con una vacuna contra la malaria que evite los millones de enfermos y las 800 mil muertes al año para el año 2009, según la Organización Mundial de la Salud, parecen estar más cerca, luego de que la revista médica The New England Journal of Medicine, en octubre 18 de 2011, y el Centro Control de Enfermedades de Atlanta (CDC-USA) emitieran un concepto alentador sobre el avance de las investigaciones que se llevan a cabo en siete países de África. De acuerdo con los patrones de la OMS, para que una vacuna sea aprobada se requiere de que ésta supere cinco fases; la vacuna en mención se encuentra en la fase tres. En su editorial, el profesor Nicholas J. White, Director de Medicina Tropical de la Universidad de Bangkok, Tailandia, se muestra optimista al decir que “aparece claro, ahora, que tendremos realmente y por primera vez una vacuna efectiva contra el parásito que causa la malaria. Y es posible que en el año 2015 la Organización Mundial de la salud la haya aprobado”.      

Según reporte del equipo investigador, el estudio en su fase tres, trabajo de campo, involucró a 15 mil 460 niños en siete países de África, divididos en dos grupos de edad, uno entre las seis y 12 semanas de nacidos y otro entre cinco y 17 meses. El objetivo del estudio era analizar la eficacia de la vacuna en el primer grupo, seis mil niños, un año después de haber sido vacunados con tres dosis de la vacuna. Tras 14 meses, se demostró una efectividad del 50.4 por ciento, considerada alentadora e importante.

La base científica de la nueva vacuna, gracias al adelanto de la investigación médica, es combinación de un antígeno de la Hepatitis B y una proteína del esporozoito, la forma infectante de la malaria o paludismo, como se le conoce también. Un pequeño coctel, mezcla de un componente de un virus, el de la hepatitis B, y la forma del agente que produce la malaria, el esporozoito. El esporozoito es una etapa en el ciclo del parásito de la malaria y es el que se inocula en la sangre cuando el mosquito anofeles pica a una persona.

Una vez que ingresan en el torrente sanguíneo, los esporozoitos llegan al hígado, donde se multiplican. Después de varios días invaden el torrente sanguíneo, donde infectan los glóbulos rojos. En dos días los glóbulos rojos infectados se desintegran y los parásitos infectan más glóbulos rojos. Se inician fiebres recurrentes, escalofríos, dolor de cabeza e ictericia. Si no se recibe tratamiento, el ciclo de destrucción de glóbulos rojos y fiebre continúa y puede llegar a ocasionar la muerte. Es de anotar que la vacuna en experimentación es efectiva contra el “Plasmodio Falciparum”, la forma mortal de la malaria.  

A pesar de las buenas noticias, una efectividad por encima del 50 por ciento, los investigadores son cautelosos y manifiestan que todavía es necesario avanzar en los estudios para que la vacuna aumente su efectividad, es decir que alcance un 80 por ciento o más, y que muestre una protección consistente. Una esperanza para los países en donde la malaria es endémica, incluyendo Colombia.

Credito
PABLO ISAZA

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