¿Cuáles desigualdades entre hombres y mujeres?

¿Dónde quedaron los mitos del pasado que las tildaban de poco inteligentes para determinadas actividades profesionales? ¿qué ocurrió con el mito de “eso no es para mujeres”?.

En el pasado, por prejuicios culturales o por descalificación de las capacidades de las mujeres, era raro encontrar una mujer iniciando una carrera como la Medicina, la Ingeniería y mucho menos como la Física y las Matemáticas. Hoy es común encontrarlas estudiando nivel universitario y de postgrados, siendo mayoritarias en profesiones como la Medicina y la Ingeniería, para sólo citar algunas. Carreras típicamente masculinas incluyendo el servicio de las armas, destinadas a los varones, también cuentan en sus filas a las mujeres. ¿Dónde quedaron los mitos del pasado que las tildaban de poco inteligentes para determinadas actividades profesionales? ¿qué ocurrió con el mito de “eso no es para mujeres”, o la desabrida frase de un famoso escritor que decía de las mujeres que “son seres de cabellos largos e ideas cortas”?

Un reciente estudio desmiente la supuesta inferioridad de las mujeres frente a los hombres en las matemáticas, adelantado por la médica y oncóloga Janet Mertz y el matemático Jonathan Kane, de la Universidad de Wisconsin en los Estados Unidos, publicado en enero por la revista de la Sociedad Americana de Matemáticas. Ha comprobado, con información recogida en 86 países, que las desigualdades históricas son cosa del pasado. Hace 40 años, por ejemplo, la relación entre los estudiantes destacados en los test de matemáticas era de 13 hombres a una mujer; hoy es apenas de tres hombres por una mujer; el porcentaje de mujeres que finalizan el doctorado en matemáticas ha crecido del cinco al 30 por ciento en los últimos 50 años, que no podría ser posible si existiera algún fundamento biológico o algo parecido que diera supremacía al hombre sobre la mujer para entender y aplicar las matemáticas. No existen genes “matemáticos” en los hombres y ausencia de ellos en las mujeres.


El estudio de los investigadores Mertz y Kane incluyó datos de hombres y mujeres de todos los países, incluso de los denominados subdesarrollados y de todos los grupos étnicos; ninguno de los hallazgos indica que existan diferencias innatas entre hombres y mujeres en el rendimiento matemático a cualquier nivel. En países donde existen marcadas brechas de género la diferencia es sociocultural y, por lo tanto, modificable.


Ni qué decir de la Medicina; hace medio siglo, una mujer estudiando ciencias médicas era ave rara; hoy, por fortuna para la profesión médica, es mucho mayor el número de mujeres que de hombres; se le llama a este fenómeno la feminización de la Medicina. En especialidades como la pediatría o la medicina interna, son ya, en muchos países, mayoritarias. En un futuro no muy lejano, habrá más médicas que médicos en ejercicio. El pero, como sucede en muchos campos de actividad, es que las médicas ganan menos que los médicos y ocupan menos puestos directivos.


En definitiva, los estudios mencionados derrumban el mito de las carreras masculinas y las femeninas; la mujer a la enfermería y el hombre a la ingeniería; biológicamente no existe ninguna diferencia que demuestre un cerebro brillante masculino y uno opaco femenino; son cerebros con las mismas capacidades y la diferencia es sólo cultural. Borrando las barreras culturales, las mujeres sobrepasarán a los hombres en todas las profesiones. 

Credito
PABLO ISAZA

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