Salud, investigaciones en el 2012 (II)

Continuando con las investigaciones realizadas en el 2012, según conceptos de las asociaciones médicas mundiales y la Organización Mundial de la Salud, las cifras sobre obesidad, hipertensión arterial, infarto y accidentes cerebrovasculares son más alarmantes cada año. Estas enfermedades causan miles de muertes y los costos por atender sus consecuencias son imposibles de sostener.

Continuando con las investigaciones realizadas en el 2012, según conceptos de las asociaciones médicas mundiales y la Organización Mundial de la Salud, las cifras sobre obesidad, hipertensión arterial, infarto y accidentes cerebrovasculares son más  alarmantes cada año.  Estas enfermedades causan miles de muertes y los costos por atender sus consecuencias son imposibles de sostener. Toca el turno a uno de los elementos causantes de esta epidemia: la sal de cocina. 

Reducir el consumo de sal parece ser una vía para prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Un nuevo informe apoya la recomendación de la Asociación Americana del Corazón de limitar el consumo diario de sodio (sal) a menos de 1.500 miligramos (1,5 gramos) con el fin de disminuir el riesgo de tener una presión arterial alta y de sufrir una enfermedad cardiovascular, incluido el accidente cerebrovascular. El informe se basa en una revisión exhaustiva de investigaciones recientes de laboratorio, con animales, estudios observacionales y clínicos que consolidan la afirmación realizada en 2011 por la asociación sobre los beneficios de restringir el sodio a menos de 1.500 miligramos por día. «Nuestra recomendación es simple en el sentido de que se aplica a toda la población, no sólo a los grupos de riesgo», señala la Asociación Americana del Corazón. Las personas de todas las edades, independientemente de los factores de riesgo individuales, pueden mejorar la salud de su corazón y reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular con la restricción de su consumo diario de sodio a menos de 1.500 miligramos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció en 6 gramos el consumo máximo diario de sal, cifra muy por debajo de la que se ingiere de media en el mundo, entre 10 y 12 gramos. El 80 por ciento de la ingesta mundial de sal proviene de los productos envasados, los denominados enlatados, y  de los precocinados como jamones y otros embutidos. 

De acuerdo con un reciente estudio  que simulaba los efectos esperables al reducir el consumo de la sal en la población de Estados Unidos, una reducción dietética de 3 gramos diarios de sal disminuiría el número anual de enfermedades cardiovasculares entre 60.000 y 120.000 casos, de los denominados derrames cerebrales entre 32.000 y 66.000, de infarto de miocardio entre 54.000 y 99.000, y de fallecimiento por cualquier causa entre 44.000 y 92.000 casos al año.  Finlandia en los años 70 inició una campaña de concienciación consiguiendo una disminución en el consumo de sal de 12 a 9 gramos diarios. Gracias a esta medida se consiguió una reducción de enfermedad cardiaca coronaria y de accidente cerebrovascular de entre un 75% y un 80%, lo que ha alargado la esperanza de vida de sus ciudadanos entre cinco y seis años. Menos sal más longevidad. 

Reducir el consumo de sal es una tarea ya iniciada por los países del mundo industrializado; las campañas en el Japón, por ejemplo son de gran impacto.  Se requiere educar a la población para cocinar con poca sal, retirar el salero de la mesa o comprar los productos que sean bajos en sal, lo que no significa que sean de régimen sino que son saludables.  

Credito
PABLO ISAZA

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