El fallecimiento del presidente Hugo Chávez

El Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, falleció el pasado 5 de marzo en la ciudad de Caracas después de haber soportado por espacio de al menos 24 meses un tumor maligno, canceroso, seguramente de tipo denominado retroperitoneal proveniente de tejidos de origen muscular, adiposo (graso) o fibroso.

Los tumores retroperitoneales, así denominados porque se sitúan detrás del peritoneo, la delgada tela que cubre todos los órganos del abdomen, son extraordinariamente infrecuentes, constituyendo apenas el 0,07 a 0,2 por ciento de todos los cánceres del organismo. Investigadores sitúan su tasa de incidencia entre 0,4 a 0,5 por ciento por cada cien mil habitantes, cifra que contrasta, por ejemplo, con la tasa del cáncer de próstata que es de 120 por diez mil habitantes en Estados Unidos y 65 en Colombia.

En el caso del Presidente Chávez el tumor provenía de células de músculo psoas, que es un músculo largo que se extiende desde la última vertebra dorsal y la vertebras lumbares (la espalda) y baja hasta la parte superior de la pierna; está  relacionado con otros músculos de la pared del abdomen. El primer signo de gravedad de este tipo de cáncer es que es muy agresivo y presenta síntomas cuando ya tiene un grado de avance que dificulta su tratamiento posterior. Por lo general, un paciente con tumor retroperitoneal consulta por un dolor abdominal bajo situado en el flanco derecho o izquierdo, según sea su ubicación, dolor que se extiende a la ingle, lo que hace muy difícil el diagnóstico, el cual finalmente se hace clínicamente cuando se palpa una masa que hace sospechar al médico que posiblemente hay un tumor; este se puede palpar cuando llega a los cinco centímetros de diámetro o los supera. El Presidente Chávez habló de su tumor diciendo que en su primera cirugía se le había extraído una masa del tamaño de una pelota de béisbol; esta tiene una circunferencia de entre 22,5 y 25 centímetros, lo que quiere decir que el tumor había alcanzado más de cinco centímetros de diámetro lo que ensombrece el pronóstico. Los tumores retroperitoneales tienen una rápida tendencia a extenderse a los órganos vecinos, colon, riñón, intestino delgado, páncreas y vejiga en más del 60 por ciento de los casos. Metástasis frecuentes se encuentran en pulmón y columna vertebral.


El tratamiento de elección una vez diagnosticado a través de tomografías computarizadas de alta resolución para delimitarlo mejor, es la cirugía con el fin de extirpar totalmente el tumor si ello es posible; es el ideal pues el pronóstico depende de la extirpación total; una resección parcial hace que empeore el pronóstico. La cirugía tiene como coadyuvantes la quimioterapia y la radioterapia.


En gran parte de los casos es necesario recurrir a dos o tres cirugías pues el tumor tiende a regresar. El pronóstico no es  bueno teniendo como sobrevida un máximo de cinco años en el mejor de los casos y en promedio veinticuatro a veinticinco meses.

A pesar de las especulaciones, originadas más por pasiones políticas que por rigor científico, el tumor del Presidente Chávez fue tratado de acuerdo con los protocolos indicados y su fallecimiento se debió a lo agresivo del tumor a la dificultad de diagnosticarlo tempranamente por su curso silencioso.  

Credito
PABLO ISAZA

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