Ley estatutaria y crisis de la salud (II)

Pablo Isaza Nieto

La ley Estatutaria de Salud es la Ley 1751 de Febrero de 2015 que reemplaza, adiciona o rectifica a la Ley 1438 de 19 de Enero de 2011 que según su encabezado fortalecía el Sistema de Salud Colombiano mediante la estrategia de Atención Primaria en Salud y la cual debería haber sido reglamentada seis meses a partir de la vigencia de la ley para reglamentar y aplicar los artículos de la misma los cuales entrarían en vigencia 12 meses después. A su vez esta ley se apoyaba en la Ley 715 de 2001 la cual según la Academia Nacional de Medicina consideraba que “por primera vez se presenta la oportunidad para que el Gobierno, mediante una cuidadosa reglamentación de la Ley 715, corrija algunos de los defectos protuberantes en la ejecución de la Ley 100, los cuales han creado la grave crisis que presenta el sector de la salud. Considera la Academia que la Ley 715 era realmente trascendental, por cuanto devuelve al Ministerio de Salud y a las Secretarías de Salud su responsabilidad, que de ahora en adelante debe ser indelegable, en lo pertinente a prevención y promoción efectivas. Mas allá de un cambio administrativo, ello implica un cambio conceptual, considerando que en el esquema de atención gerenciada de la salud que implantó la Ley 100, las acciones de promoción y prevención no son rentables y las entidades intermediarias demostraron su absoluto desinterés por el buen cumplimiento de tan importante responsabilidad”.

Serían necesarias muchas columnas de opinión para apenas citar los innumerables actos legislativos alrededor de la nefasta Ley de salud de 1993, la cual sigue vigente en su filosofía: la salud como negocio de empresas privadas alrededor de la facturación de consultas, actos quirúrgicos, exámenes de laboratorio e imágenes y demás componentes de la atención curativa en ausencia de prevención de la enfermedad y promoción de la salud. La nueva Ley estatutaria no suprime las intermediarias de los recursos de la salud, las EPS. Seguirán, sin recaudar, pero siendo el múltiple canal por el que deben pasar las órdenes médicas que serán cumplidas en función del lucro y de la productividad.

La frase central de la novela del escritor italiano Giuseppe Lampedusa, el Gatopardo, dice, “si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie”, haciendo alusión a la conservación de privilegios mediante la supuesta aceptación de cambios y revoluciones en la Italia, mas precisamente en la Sicilia del Siglo XIX y principios del XX, frase que hizo carrera para referirse en política a la habilidad de quienes gobiernan para hacer creer que se han realizado cambios cuando en la realidad estos no se han sucedido.

Se sanciona la Ley Estatuaria de Salud que en sus postulados dice que todo cambiará en la salud a partir de su promulgación, pero no cambia el aparato que hace que la mayoría de los colombianos consideren que las EPS son el principal obstáculo para tener derecho a una buena atención.

Así las cosas, “que todo cambie, para que todo siga como esta”.

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