Tratamiento promisorio contra el alcoholismo

Pablo Isaza Nieto

El alcoholismo crónico es una de las enfermedades más desgastantes, individual y socialmente. Quien lo padece presenta deterioro orgánico y psicosocial. En el ámbito psíquico el enfermo presenta síntomas progresivos desde el conocido síndrome de abstinencia, cuando no se tiene acceso a la bebida, hasta el síndrome de Korsakoff y el Deliriums Tremens (DTs). El riesgo de que un alcohólico desarrolle el DTs se estima en 5 a 10%. El DTs, que ocurre de tres a diez días después de que toma por última vez y pasa por un periodo de síndrome de abstinencia, se caracteriza por agitación, confusión global, desorientación, alucinaciones, fiebre, hipertensión, hiperactividad, taquicardia e hipertensión. Una profunda confusión global es el sello del DTs.

Los pacientes dependientes de alcohol pueden sufrir de epilepsia idiopática, traumatismo craneoencefálico, accidente cerebrovascular y lesiones totales intracraneales. Por otra parte, el alcoholismo está ligado a la demencia senil y a la enfermedad de Alzheimer.

El síndrome de Korsakoff se caracteriza por un desorden de la memoria estando la persona totalmente consciente. Hay alteraciones severas de la memoria reciente y actual, preguntando lo mismo una y otra vez; leyendo la misma página durante horas y no reconociendo a las personas cercanas. A veces el trastorno se asocia con ‘ficciones’ o confabulaciones inventadas por el paciente.

El tratamiento del alcoholismo es complejo, siendo Alcohólicos Anónimos una de las intervenciones que pueden tener mas éxito. Como tratamiento está el Antabuse (disulfiram), cuya acción consiste en que al combinarse con alcohol se producen efectos desagradables como brote cutáneo, taquicardia, respiración entrecortada, náuseas y vómitos y en algunos casos puede causar la muerte.

Recientemente se ha publicado que un medicamento usado para ciertos dolores de origen neurógeno, la gabapentina, puede tener efectos sobre el alcoholismo. La gabapentina se formula para tratar la epilepsia y el dolor. Se usa también para el tratamiento del síndrome de piernas inquietas (RLS) y la neuralgia causada por el herpes zóster conocida como “culebrilla”.

Según investigadores del Instituto Nacional sobre Abuso del Alcohol y Alcoholismo (Niaaa), de los Estados Unidos, la gabapentina, un medicamento genérico anticonvulsivante, se muestra promisorio como tratamiento eficaz para la dependencia del alcohol, basado en los resultados de un ensayo clínico con el medicamento en 50 pacientes. El estudio fue elaborado por científicos, con el apoyo del Niaaa. Se halló que los pacientes dependientes del alcohol tratados con gabapentina eran más propensos a dejar de beber o se abstenían de beber en forma excesiva en comparación con aquellos alcohólicos a los que se les suministraba un placebo. La Gabapentina está ya ampliamente prescrita para tratar la epilepsia y el dolor. La dosis usada fue de 1800 mg, mostrándose eficaz como tratamiento en la dependencia del alcohol.

El alcoholismo, en el que se incluyen los “traguitos” del fin de semana, es una enfermedad que afecta a muchas personas, siendo estas inconscientes del daño que crónicamente se hacen.

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