Delincuencia juvenil y descomposición familiar

Pablo Isaza Nieto

Recientes hechos sucedidos en el país relacionados con el incremento de la delincuencia y la criminalidad juvenil y aún infantil que desconciertan a la opinión pública, son reseñados a diario por los medios de comunicación. Y es que según cifras publicadas hay más de 160 mil jóvenes vinculados a diferentes procesos penales.

Según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ocho mil menores de edad en conflicto con la ley son atendidos en el Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes (Srpa), tres mil 400 de ellos privados de la libertad. En cuanto a la edad, las estadísticas revelan que el 36 por ciento tiene 17 años, el 20 por ciento, 15 años, el 11 por ciento, 14 años y el uno por ciento son menores de 14 años.

El 89 por ciento de los jóvenes ingresados al Sistema son hombres, y el restante 11 por ciento equivale a mujeres. Esto significa que aproximadamente 800 niñas han cometido algún delito. Los delitos que más cometen los adolescentes en conflicto con la ley son tráfico, fabricación y porte de armas; hurto; hurto calificado, y lesiones personales.

La causa de la delincuencia juvenil se desconoce, pero se cree que algunos factores genéticos y el maltrato infantil contribuyen a su desarrollo. El maltrato infantil se da en familias disfuncionales. Según la psiquiatra argentina Renata Wiesse, dentro de los múltiples tipos de violencia, la delincuencia juvenil es definida como un abanico de actos agresivos que van desde la intimidación y las peleas hasta formas más graves como la agresión y el homicidio

La Doctora Wiesse afirma que “la delincuencia juvenil se encuentra comprendida desde el punto de vista psiquiátrico dentro del trastorno disocial, es decir una patología social. La Asociación de Psiquiatras Americanos (APA) lo define como un patrón repetitivo y persistente de comportamiento, que se inicia en la infancia, en que se violan los derechos básicos de otras personas o normas sociales importantes propias de la edad.

Se debe distinguir entre criminalidad y delincuencia juvenil. No necesariamente el adolescente que comete un acto delictivo será un criminal. Es posible que estos comportamientos sean temporales o episódicos según el sociólogo austriaco Friedrich Schneider.

Más allá de los enfoque psiquiátricos del niño o adolescente delincuente, es una realidad que la familia, el primer anillo de socialización del niño, influye fundamentalmente en las conductas delictivas. La familia es la principal fuente de socialización de la infancia y es el mecanismo para la estabilización de personalidades adultas.

Cuando la familia no es sólida, cuando en ella no está presente el amor y la armonía, la familia presenta su lado oscuro convirtiéndose en un lugar de opresión y abuso dirigido principalmente a mujeres y niños. En una familia donde prima la violencia, generalmente contra la madre, el fenómeno de violencia se reproduce en el niño. Además en Colombia, replica a diario la violencia. Hasta la diversión, por ejemplo la televisión es una escuela permanente de violencia.

Comentarios