Contratos y acueductos

Pablo Isaza Nieto

El 26 de marzo de 1881 en los Estados Unidos de Colombia, Estado Soberano del Tolima, el Presidente del Cabildo enviaba al Alcalde del Distrito de Ibagué la siguiente nota:

“Tengo el gusto de poner en su conocimiento que la corporación municipal en su sesión de esta fecha, tomó en consideración el contrato celebrado entre el señor Síndico municipal y el señor Abraham Torres para la construcción de un caño en una de las calles de esta ciudad por la suma de cincuenta pesos i tuvo a bien aprobar la siguiente proposición: Apruébase el contrato sobre la construcción de un caño, celebrado entre el Señor Síndico Municipal y el Señor Abraham Torres por $50 pesos i con las condiciones que en él se enumeran i excitase al Señor Alcalde para que inspeccione la obra, de modo que se cumpla el contrato. Lo que participo a ud. para los fines consiguientes”. Firmado, el Presidente del Cabildo.

Hace ya 134 años existía preocupación por el incumplimiento de los contratos firmados por la Alcaldía municipal.

En el periódico El Tolima en 1889 se leía lo siguiente: “El acueducto hace notabilísima falta y no sabemos por qué no se avanzan los trabajos de esta obra tan necesaria teniendo aquí la tubería y el dinero para gastos. Bien comprendemos que por las condiciones de los tubos, el acueducto no prestara ningún servicio privado, y por tanto, los particulares no podrán llevar el agua a sus casas. Pero aun así, esa mejora será de gran provecho para la población”.

Hace 126 años había tubos almacenados para la construcción del acueducto sin que estos fueran utilizados. Además existían “dineros para gastos” y tampoco se habían utilizado.

Unos meses más adelante se leía: “Suplicamos a la Policía que haga vigilar la “chamba” que se llama acueducto; la epidemia que hoy nos aflige (colerín) es debida, según concepto de los médicos, a la podredumbre que arrastra el agua que se toma; se nos asegura que un perro muerto o un asno o cualquier otro bicho mortecino ha sido hallado en la corriente. Resultados son estos del no cumplimiento del contrato sobre construcción del acueducto. Bien puede estar que no se cumplan los compromisos, pero no puede estar bien que por esta causa los habitantes padezcan o sucumban”.

Otra noticia: “Que será que no se dan los pasos conducentes, para la construcción del acueducto y venta de ejidos? En la fuente de la plaza ya casi está agotada la poquísima agua con que se abastece la población; de donde resulta que el pueblo sufre y las aguadoras y aguadores se dan de mojicones por coger primero el diminuto chorro”.

Las anteriores notas fueron tomadas del Archivo Histórico de Ibagué y de la biblioteca Dario Echandía de documentos de hace mas de 100 años. Para enterarse de contratos incumplidos, tubos comprados y no utilizados y dineros no gastados, en el Ibagué del 2015, se puede leer EL NUEVO DÍA de todos los días.

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