Los misterios de la genética

Pablo Isaza Nieto

Uno de los mayores avances del ser humano en el campo de la ciencia tiene que ver con la genética, entendida esta como la rama de la biología que estudia la herencia, aquello que es trasmitido de generación en generación a través de los genes, siendo estos una especie de unidad de almacenamiento de información que se encuentran en los cromosomas de las células. Esta información es la que se trasmite de padres a hijos y les da determinadas características. Por ejemplo, genéticamente un hijo de padres con ojos claros es posible que tenga también los ojos del mismo color de sus padres. Pero, además, la genética le proporciona otras características en cuanto a comportamientos, hábitos, etc.

La genética se puede aplicar no solo a individuos, sino también a grupos de individuos, lo que conocemos como “razas” o etnias con determinadas características, dependiendo de su evolución y el medio en que estos grupos se desarrollaron.

A partir del descubrimiento y la caracterización del genoma humano en 2000, la genética ha tenido avances sorprendentes, en especial en el campo de la salud y la enfermedad. Investigadores del mundo desarrollado se han dedicado a tratar de descifrar muchos aspectos que tienen que ver con el ser humano, su medio ambiente y su comportamiento. Como en un mundo mágico, estudian los cambios que se sucedieron en el hombre hace 25 mil años cuando de cazador se convirtió en agricultor. ¿Cómo lo hacen? Estudiando el ADN, los cromosomas, pertenecientes a restos humanos de esa época los comparan con el hombre de la época actual y describen las diferencias. Todo ha quedado grabado en el sistema de información de la genética humana.

Más avanzados aún son los cambios genéticos que se suceden en el ser humano según sus comportamientos, sus hábitos y su medio ambiente. Un ejemplo. Por la genética un grupo de investigadores encontró que las personas que se sienten aisladas o viven en soledad tienen un cambio en sus genes que se traduce en disminución de sus niveles inmunológicos y por lo tanto mayor vulnerabilidad a la infección y la enfermedad. Se sabía por la psicología y la clínica que esto podía ser así. Ahora está comprobado por la genética.

Es común oír decir que a una persona las gripas le pegan con más fuerza que a otras. Pues bien, este comportamiento está ligado a la genética. Durante la epidemia de gripa H12N1 de 2009, mediante estudios de genética se encontró que las personas más gravemente enfermas o que fallecieron tenían determinados cambios en sus genes que las hacían más vulnerables.

Los hijos de varones obesos tienen más probabilidades de padecer sobrepeso independientemente del peso de la madre. Se han comprobado cambios en el ADN de los espermatozoides de hombres con sobrepeso, lo cual conduce a obesidad en sus hijos. Mala noticia. La buena es que estos cambios son reversibles y si el padre se cuida antes de engendrar sus hijos, evitará el sobrepeso.

Son caprichos de la genética, ciencia que, para bien de la humanidad, avanza a pasos agigantados.

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