La guerra contra las drogas ha fallado: es tiempo de pensar

Pablo Isaza Nieto

La pasada semana terminó el Período de Sesiones Especiales Asamblea General de las Naciones Unidas, UNGASS, por sus siglas en ingles. Se reúnen los representantes de 193 países miembros con tal de evaluar y debatir el problema mundial de las derogas ilícitas. La última vez que se celebró una sesión especial sobre drogas, en 1998, su objetivo era la eliminación total de las drogas del mundo. Hoy en día, los ciudadanos, las fundaciones y muchos dirigentes políticos están presionando para repensar ese enfoque ineficaz, peligroso y fracasado.

Según la Fundación “Open Fundation”, institución filantrópica, las políticas basadas en la prohibición han conducido a un aumento de la violencia del narcotráfico, hacinamiento y un incremento en las epidemias de VIH. La Fundación apoya a las organizaciones que desarrollan programas alternativos con un enfoque de salud pública y derechos humanos.

Es un hecho irrebatible que las actuales políticas contra las drogas han fracasado. Peor aún, están causando enormes daños a individuos, comunidades y naciones enteras. Sin embargo, aún hay resistencia a que se abandone la denominada “guerra contra las drogas”, que es precisamente eso: una guerra con miles de muertos y sufrimiento de personas la mayoría de ellos pobres.

El camino es el enfoque de salud pública para el problema de las drogas ilícitas; lo que la periodista María Isabel Rueda, en una columna publicada en el periódico El Tiempo del domingo 24 de abril, llama un “refrito” a propósito de los resultados de la reunión de UNGASS.

Una gran mayoría de países empieza a caminar por este “refrito”: poner la mirada y la acción mayoritaria en políticas y programas de salud pública, prevención y tratamiento de las adicciones.

En la década de 1990 Suiza afrontaba un problema de drogas ilícitas. Se consumía en forma alarmante y tenía una de las mayores tasas de VIH en Europa Occidental. Al no tener éxito con el enfoque penal, el Gobierno involucró los servicios de salud en la prescripción de heroína, salas de consumo supervisado y tratamiento basado en la comunidad. El pueblo suizo aprobó esta política a través de una serie de referéndums. El resultado fue revelador. El número de nuevos usuarios de heroína bajó de 850 en 1990 a 150 en 2002; las muertes por drogas disminuyeron en más del 50 por ciento entre 1991 y 2004; las infecciones cayeron 87 por ciento en 10 años y hubo una reducción del 90 por ciento del crimen de la propiedad cometido por personas que usan drogas.

En un reporte sobre control de drogas en EE.UU. entre 2001 y 2008 con los programas de salud, prevención y tratamiento, el uso de las drogas ilícitas en jóvenes en Estados Unidos ha disminuido en 24 por ciento. El uso de marihuana 25 por ciento; el éxtasis 54 por ciento. LSD en un 60 por ciento y las anfetaminas en 32 por ciento.

Fuentes: Estrategia de Control de Drogas. Presidencia de los Estados Unidos. 2008.

Open Society Foundation, Agosto 20015.

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