Avances en el conocimiento de la enfermedad de Alzheimer

Pablo Isaza Nieto

Investigadores de la Universidad de San Francisco en California, EE.UU., han descubierto niveles anormales de ciertas proteínas que desempeñan un papel importante en el Alzheimer. Estas proteínas se han detectado, en muestras de sangre de personas con la enfermedad, tomadas muchos años antes de desarrollar los síntomas. Las proteínas anormales son “marcadores” o elementos de alerta para quienes las tiene en niveles por encima de lo normal. Estos “marcadores” o “biomarcadores” son algo así como luces rojas que indican que la persona que las presenta en un examen de sangre especializado, puede más adelante desarrollar la enfermedad.

El Dr. Edward J. Goetzl, director de la investigación, explica que “si tenemos en nuestro consultorio un paciente al que le encontramos las proteínas ‘biomarcadoras’, a una edad promedio de 50 años, consideramos a estas persona están con un alto riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer. Podríamos entonces intentar intervenir en esta etapa temprana antes de que los síntomas aparezcan. Entramos a ver si podemos prevenir o retrasar la aparición de la enfermedad. Nuestros resultados también nos demuestran que estas proteínas ‘biomarcadoras’ están funcionando mal en el cerebro lo cual es muy importante pues nos pueden proporcionar formas de establecer un tratamiento”.

Las proteínas anormales se pueden encontrar hasta 20 años antes de que aparezca la enfermedad y es aquí donde radica la importancia de la investigación. Con este conocimiento se está trabajando sobre nuevas medicamentos que actúen con tiempo suficiente antes de que se desarrolle el Alzheimer.

Desde el punto de vista de la medicina preventiva, los avances están dirigidos a la alimentación y la enfermedad de Alzheimer. Estudios han encontrado que el riesgo de padecerla disminuye con los siguientes hábitos de vida saludables en la alimentación: a) Reducir al mínimo las grasas saturadas y las grasas Trans. b) utilizar verduras, legumbres (frijoles, arvejas y lentejas), frutas y granos enteros como base de la dieta. c) se recomienda una onza de nueces, o semillas de girasol (un puñado) diario como fuente de vitamina E. d) una fuente fiable de alimentos con vitamina B12, en alimentos fortificados o en un suplemento (vitaminas del complejo B) debe ser parte de la dieta diaria. e) elegir las multivitaminas (formuladas) sin hierro y cobre y consumir suplementos de hierro sólo cuando indique su médico. e) evitar el uso de antiácidos, polvo de hornear u otros productos que contiene aluminio dietético. f) una copa de vino al día; estudios han demostrado que el consumo moderado de alcohol puede proteger contra el denominado “derrame” o ataque cerebral y la pérdida paulatina de la memoria.

El ejercicio, caminando al menos 40 minutos tres veces a la semana. Los científicos están excitados con los hallazgos: la sangre fluye al cerebro y oxigena las neuronas, evitando su deterioro.

Otro avance: los investigadores han encontrado que los ancianos con un alto sentido de metas en la vida sufren un menor riesgo de deterioro cognitivo, y pueden tener hasta 2,5 veces menos riesgo de sufrir la enfermedad de Alzheimer.

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