Virus zika y juegos olímpicos Brasil 2016

Los Juegos Olímpicos de Brasil 2016 se llevan a cabo en un entorno de problemas sociales, económicos, políticos, corrupción comparable a la de Colombia o México y amenazas a la salud de participantes y visitantes.

En Brasil, país con 207 millones de habitantes, 12 millones de personas sobreviven en pobreza absoluta con un dólar 95 centavos al día. Aun así los juegos se llevan a cabo. El Mundial de Fútbol costo 13 mil millones de dólares y los juegos mucho más.

En este escenario de pobreza y despilfarro, parecería que en cuanto a la salud, específicamente la epidemia de zika, esta constituye el menor de los problemas. El temor mayor es que personas infectadas traigan el virus cuando regresen a su casa, infecten a otras personas y se desate una epidemia si hay condiciones para el mosquito transmisor. Según proyecciones de la Universidad de Yale, USA, de los potenciales 500 mil visitantes al país para los Juegos Olímpicos solamente 37 regresarán infectados.

El estudio fue dirigido por el Dr. Albert Ko y publicado en los Anales de Medicina Interna. Se considera que este número es muy reducido en comparación con todo el bullicio y alarma que se creó antes del inicio de los Juegos.

La explicación del equipo de investigadores es que dada la baja tasa de infección por zika en Agosto, típicamente baja para enfermedades transmitidas por mosquitos, (temporada de invierno) y la duración media de tiempo que el virus permanece en la sangre de una persona infectada, 9.9 días, el riesgo de que los asistentes vuelvan a su casa infectados, es bajo.

Por otra parte los investigadores señalan que corren menos riesgo los visitantes y participantes que estarán en sitios confortables con aire acondicionado y mayores precauciones, que los habitantes de Brasil expuestos por la pobreza y la insalubridad a la infección por zika. Así, el riesgo es bajo, salvo que se trate de mujeres embarazadas.

De todos los países que participan en las olimpiadas, solo 19 no tienen ninguna evidencia de transmisión del virus zika anterior o en curso en su país; pero tienen las condiciones ambientales y de población que podrían facilitar la transmisión del zika después del regreso de un viajero infectado procedente de Brasil.

Si se piensa en un escenario peor tendría que suceder los siguiente: primero que la transmisión del virus en Agosto y Septiembre (invierno) fuera la misma del verano; segundo, que visitantes y participantes no tomaran ninguna precaución, repelentes etc.; tercero, que regresaran recién infectados, es decir, dentro de los nueve días que dura la viremia (el virus en la sangre) con la posibilidad de infectar a familiares y entorno.

En la realidad esto es poco posible por lo que se puede concluir que los riesgos durante las olimpiadas son bajos.

Un escenario, totalmente irreal, es que visitantes y participantes vivieran con los 12 millones de pobres extremos. Pero para los organizadores ellos son invisibles. Más simple: ellos no existen.

Credito
Pablo Isaza M.D.

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