El acueducto y la quebrada Cay de Ibagué

Pablo Isaza Nieto

El pasado 21 de septiembre, el alcalde Ibagué, doctor Guillermo Alfonso Jaramillo y el vicepresidente de la República, doctor Germán Vargas Lleras pusieron la primera piedra para la ampliación de la bocatoma de la quebrada Cay.

La quebrada Cay está íntimamente ligada a la historia de Ibagué y al cubrimiento de sus necesidades de agua. El diario “El Tolima” en su edición de abril de 1.886 traía la siguiente noticia:

“El Consejo Municipal aprobó y ya se publicaron las bases para aumentar el caudal de agua potable de esta ciudad, necesidad palpitante de actualidad. El día 15 de abril a las doce y media, es el señalado para la licitación. Son treinta cuadras de acueducto, de las cuales va por lo menos la tercera parte de canales de madera, con el objeto de traer las aguas de la quebrada de Cay hasta el Alto de la Cruz, lugar en donde se construirán albercas desarenadoras, para que de allí sigan las corrientes de agua pura para el consumo de la población en cantidad suficiente”.

La población a cubrir en Ibagué con agua, así fuera no potable, era menor de dos mil habitantes en 1.830, aumentando hasta 10 mil habitantes al finalizar el siglo. Para la época de las obras en la quebrada Cay la ciudad se acercaba a los nueve mil habitantes.

En junio de 1.886, “se contrataron obras para construir y mejorar treinta cuadras de acueducto, con el objeto de traer las aguas de la quebrada de Cay hasta el Alto de la Cruz y la construcción de las albercas desarenadoras. Las obras se iniciaron siendo responsables la alcaldía y el cabildo de Ibagué”; sin embargo, al no adelantarse las obras, tanto de la quebrada Cay como del acueducto en general, la gobernación asumió su construcción.

En junio 4 de 1.891, el ingeniero Mirtiliano Sicard, encargado de comprar en Inglaterra la tubería destinada al acueducto, en una carta hace algunas observaciones técnicas en cuanto al diámetro de la tubería que en su opinión debería ser de dos pulgadas, la cual consideraba suficiente para abastecer a la población de Ibagué.

Para junio de 1.892 se había contratado la terminación de “las albercas desarenadoras así como sus desagües y embaldosado de la casa que las encierra y la presa del agua. Además la colocación de la tubería que sale del filtro de las albercas hasta la fuente pública de la plaza, siguiendo una dirección paralela a la actual cañería, con el objeto de no impedir su curso ni de interrumpir el abastecimiento de agua a la ciudad. En la colocación de tubería queda comprendida la de cuatro hidrantes distribuidos en su trayecto de tubería”.

Esta construcción tenía una medida de aproximadamente 900 metros, según los cálculos del ingeniero Ricardo Correa a cargo de la obra.

Han pasado 150 años desde que la quebrada Cay, de aguas frías y cristalinas en esa época, fue utilizada para surtir de agua a los nueve mil habitantes de Ibagué. Hoy servirá a casi 600 mil.

Comentarios