Historia del enfoque de género

Pablo Isaza Nieto

“En realidad su lugar es en mi cocina, mi comedor y el resto de habitaciones de mi casa”, fue la respuesta del presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, cuando la canciller alemana, Angela Merkel, le preguntó si su esposa participaba en política. Esto sucedió la semana pasada, en pleno Siglo XXI.

En Colombia a la llegada del conquistador se tenían derechos sobre las mujeres indígenas. En Ibagué, en 1630, un español solicita que se le entregue una esclava negra para su compañía personal (Documento Archivo Histórico de Ibagué). En otro documento la autoridad expide orden para que las mujeres se sometan a sus maridos. La Ley 95 de 1890 en su artículo 172 establecía el adulterio solamente para la mujer. La Ley 124 de 1928 reconoce a la mujer, por primera vez, el derecho a que los depósitos hechos por ella en cajas de ahorros, como producto de un trabajo, sean de su propiedad. Con anterioridad, lo ganado pasaba a ser automáticamente propiedad del marido.

En el pasado el principio básico histórico, social y cultural, era que el sexo femenino, la mujer, desde su nacimiento debía asumir el rol de madre, de labores del hogar y eventualmente de ayuda al hombre en ciertas labores que él le permitiera. Por el contrario, el hombre dominante era el encargado del trabajo, de proveer la casa y de hacer la guerra. La guerra no la deciden las mujeres. La deciden los hombres y la sufren las mujeres.

A finales del Siglo XIX y principios del XX, en el mundo, se inicia la lucha formal de las mujeres para adquirir el derecho al estudio, al trabajo y a la política. Inicialmente en forma aislada las mujeres se pronunciaron en Europa, Estados Unidos y Canadá sobre aspectos puntuales de sus derechos. Nacieron así los movimientos feministas. Poco a poco adquirieron el derecho al voto, a la independencia laboral y a la actividad política. Para mediados del Siglo XX se introduce el concepto de “género”, más amplio que el concepto biológico de sexo y que permitía abordar el rol de la mujer con todos sus derechos alejándolo del rol tradicional existente en razón de su sexo biológico. Así el lenguaje de “género masculino” y “género femenino” entró a hacer parte del lenguaje cotidiano. La carta de las Naciones Unidas de 1945 y la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948 estableció el primer reconocimiento oficial en todo el mundo de igualdad y no discriminación de la mujer por razón de su sexo. Posteriores convenciones internacionales afianzaron el rol del género femenino, la mujer, en el desarrollo económico y social. Sin la participación de la mujer en todas las actividades no es posible alcanzar el desarrollo económico y social. El enfoque o la perspectiva de género está presente en la Constitución Política de la mayoría de países del mundo.

Es posible que el Presidente de Nigeria se oponga a que la perspectiva de género esté incluida en la constitución de su país. De ser así, su esposa ya no estaría en “su” cocina.

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