La discapacidad de don Blas de Lezo defensor de Cartagena

Pablo Isaza Nieto

El nombre de Blas de Lezo lo aprendimos desde las primeras letras cuando se conmemoraba, cada 11 de noviembre, la independencia de Cartagena. Su nombre se exaltaba como el de uno de los héroes de la patria. Se nos enseñaba que tenía una pierna de madera, le faltaba un ojo y tenía el brazo derecho paralizado. Que aun así, había defendido la ciudad de Cartagena de los ingleses. Sin muchos detalles nos llamaba la atención lo de su pierna de madera, la pérdida parcial de la visión y su brazo inútil. No conocíamos los detalles.

Blas de Lezo y Olavarrieta nacido en el País Vasco (España) en 1687 fue un extraordinario marino que al llegar a Cartagena de Indias en 1737 como Comandante General de Plaza, había luchado contra los ingleses en el marco de la Guerra de Sucesión de España, participando en la batalla de Velez-Málaga a los 17 años al mando del Conde de Toluse (francés), de la alianza franco española, enfrentando a la armada inglesa del Almirante George Rooke. El joven Blas de Lezo sufrió heridas considerables en su pierna derecha por una bala de cañón y le fue amputada su pierna, operación que se realizó sin anestesia. Para la época se consideraba que la decisión de amputar se debía efectuar de manera temprana ya que durante la batalla “el lesionado era menos sensible al dolor de la operación”. Se utilizaba un torniquete de lienzo de lino a nivel de la ingle para disminuir la hemorragia. Se cubría el muñón con colgajos de piel. La amputación se hizo por debajo de la rodilla.

Dos años más tarde, en la misma Guerra de Sucesión, en la batalla de Santa Catalina de Tollón, en Francia, una esquirla producida por una bala de cañón se le incrustó en la órbita del ojo izquierdo. No se sabe si el ojo herido fue enucleado o simplemente se contrajo cayendo el parpado. El cuadro que se encuentre en el Museo Naval de Madrid se aprecia muy bien el defecto de su ojo izquierdo.

En 1713 cuando ya la Guerra de Sucesión había terminado los catalanes aún se mantenían en armas. En la batalla de Barcelona “se acercó demasiado a las defensas enemigas y recibió un balazo de mosquete en el antebrazo derecho que le rompió varios tendones y le dejó manco para toda su vida”, según sus biógrafos.

Durante la batalla de Cartagena los ingleses, al mando del Almirante Vernon, conformaron la más formidable flota naval que surcara el atlántico, solo superada en tamaño por la del desembarco en Normandía, durante la Segunda Guerra Mundial. Blas de Lezo fue herido superficialmente por unas esquirlas de madera en el muslo y el brazo, heridas que infectadas le causaran la muerte el 7 de septiembre de 1741.

El discapacitado Blas de Lezo, el “Medio Hombre” el “Almirante Patapalo”, en Cartagena de Indias, le propino a Inglaterra la peor derrota naval de su historia.

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