Psicopatología de los violadores

Pablo Isaza Nieto

La literatura científica en psiquiatría ha demostrado que las desviaciones mentales que conducen a la violación de mujeres y niños de ambos sexos hacen que intentos y casos consumados tiendan a repetirse. El violador que inicia su criminalidad potencialmente puede convertirse en un violador en serie. Una vez que la ley y la medicina forense comprueban un caso semejante al de la niña Yuliana Samboní en Bogotá, el violador debe ser separado de la sociedad por considerarse un peligro para mujeres y niños. Las consideraciones de proteger la comunidad priman sobre otras de tipo científico de padecimiento mental.

Algunas teorías consideran que el objetivo de la violación no es el sexo. La violación tiene que ver con la demostración de poder y control. El sexo es simplemente el arma. Al estudiar los diferentes tipos de violadores, no todos son iguales. Habrá diferencias en sus motivos, características y manera de actuar. Algunos violadores pueden exhibir características de uno o más perfiles que a continuación se detallan.

Los violadores se han clasificado según las características de su motivación para cometer el delito. El psiquiatra A.N. Groth (EE.UU.) en 1979 creó una tipología según el grado de agresión, la motivación subyacente del delincuente y la existencia de otras conductas antisociales, que dio lugar a cuatro tipos de violadores.

El violador que quiere mostrar poder sobre su víctima, la mujer. Generalmente se caracterizan por falta de consideración, de sentimientos y de habilidades para relacionarse socialmente. Como subgrupo está el violador oportunista que en el encuentro con una mujer, generalmente en la noche, sola y sin testigos la viola. Por lo general no infligen daño a sus víctimas. Considera que el solo poder de ser hombre es suficiente para que la mujer acepte o para completar el acto sexual.

Un segundo grupo es el del violador agresivo antisocial, utiliza métodos agresivos de control y abusa de sustancias. Sus agresiones sexuales son a menudo imprevistas y es poco probable que usen armas pero si la fuerza desmedida.

El tercer tipo es el que actúa con ira y deseo de represalias o venganza motivado por el poder y la agresión. Este individuo a menudo degrada o humilla a la víctima. Como subtipo de este grupo se encuentra el violador que actúa para causar terror a la víctima y a su entorno. Es lo sucedido durante la guerra que afortunadamente termina en el país.

El cuarto tipo, el más peligroso, es el sádico que tiene fantasías sexuales que implican además infligir dolor y tortura. El sadismo sexual se define como la práctica repetida del comportamiento cruel por un deseo de controlar a la víctima. Este tipo de violador se caracteriza por llevar a cabo una planificación extensa y puede a menudo resultar en un asesinato. Los actos de violación sádica siempre se han considerado como predictivos de reincidencia sexual con violencia por el violador.

Es posible que el violador y asesino de la niña de siete años pertenezca a este último grupo descrito.

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