Música de Navidad y año nuevo

Pablo Isaza Nieto

Pasadas las festividades navideñas y año nuevo es forzoso recordar la música compuesta por juglares y compositores colombianos que desde la década del 30 del pasado siglo alegra estas fiestas. Verdaderos músicos y poetas populares, cuya música recorrió el país y el mundo dando a conocer los primeros pasos de internacionalización del maravilloso ritmo de lo que fue el vallenato, extinguido ya hace muchos años. ¿Quiénes fueron esos poetas y músicos?

Guillermo Buitrago, ‘Buitraguito’, nacido en Santa Marta en 1920 y muerto tempranamente a los 29 años, en 1949. De gran atractivo físico, rubio, de ojos azules, vestido siempre de blanco, añadía su figura a lo rico y pegajoso de sus canciones. Dejó en su corta vida canciones como ‘La araña peluda’, ‘El grito vagabundo’ y sobre todo la famosísima ‘El Ron de Vinola’.

‘El Ron de Vinola’ entró a la historia de la picaresca ibaguereña, pues como algunas canciones de ‘Buitraguito’ tenían cierta “sal”, que no doble sentido, esta fue prohibida por el obispo de Ibagué, monseñor Pedro María Rodríguez, con pena de excomunión a quien lo oyera o lo bailara. La canción se fue a los bajos fondos y solo se bailaba en sitios en donde, según decían, se aparecía el propio Satanás a bailarlo.

Buitraguito formó un conjunto con otro juglar, peluquero de profesión, Julio César Bovea, quien había nacido en 1934. A la muerte de ‘Buitraguito’ Julio César formó el trío Bovea y sus vallenatos, que se hizo famoso en el Sur del continente. Bovea vivió y cantó en Argentina por más de 30 años, donde alcanzó record de ventas. La canción decembrina, ‘Arbolito de Navidad’, compuesta por José Barros, es obligada en las fiestas navideñas. También interpretó Bovea y sus Vallenatos las canciones ‘Mi cafetal’ y ‘El Año Viejo’, de Crescencio Salcedo.

Crescencio, extraordinario juglar y poeta como que compuso ‘Mi cafetal’ y ‘La múcura’, obra considerada una de las más interpretadas y vendidas en el mundo. Nacido en Bolívar, nunca usó zapatos; era como él decía, “hombre de pata al suelo”. Componía con una hoja de arbusto y una flauta de millo. En la Universidad Nacional, por 1950, compartía el afecto de los estudiantes con el Doctor Goyeneche, eterno candidato a la presidencia de la República. Crescencio tocaba la flauta y el Dr. Goyeneche nos vendía su programa de gobierno que costaba cinco centavos.

‘La múcura’ pasó de la flauta de millo a orquestas como la norteamericana de Ray Coniff; 25 músicos y coros. Fue uno de los mayores éxitos de Dámaso Pérez Prado, el Rey del Mambo, cantada por Benny Moré. La Sonora Matancera, con Celia Cruz. La orquesta de Xavier Cugat, en el Cesar Palace de las Vegas. El trío mexicano Los Panchos. El mexicano Juan Gabriel.

Millones de discos vendidos. Despues del éxito ‘La múcura’ aparecieron un sinnúmero de compositores internacionales que se atribuyeron su autoría. Crescencio murió en Medellín a los 63 años en la mayor pobreza.

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