Los aterradores costos de la obesidad

Pablo Isaza Nieto

La obesidad es una epidemia no privativa de los países ricos. Regiones como América Latina se encaminan a presentar, y aun superar, por el consumo de alimentos ricos en azúcares, los niveles de obesidad de países industrializados.

En Estados Unidos, país que se caracteriza por estudiar los costos de cualquier rama de la actividad ya sea pública o privada, la demanda de personas obesas en los sistemas de salud, incluyendo las emergencias, va en aumento cada día. Las cifras expresadas en dólares son astronómicas.

Actualmente, las estimaciones de costos por atenciones en los servicios de salud oscilan entre $ 147 billones y $ 210 billones de dólares por año. Además, la obesidad se asocia con ausentismo de trabajo que cuesta aproximadamente $ 4,3 billones anualmente y una baja productividad en el trabajo que a los empleadores les cuesta $506 dólares por trabajador obeso por año.

Las personas adultas obesas gastan más del 42 por ciento en costos de salud directos que los adultos que tienen un peso corporal normal. Si la persona es severamente obesa, el costo de atenderlo se aumenta en un 81 por ciento comparado con el individuo con un peso ajustado a su talla y edad. En 2000 se gastaron 11 billones de dólares en atender los pacientes con obesidad severa, conocida medicamente como “obesidad mórbida”.

El costo por medicamentos prescritos a las personas moderadamente obesas es el doble de lo que se prescribe a la persona con peso normal. Así mismo, el costo del tratamiento de personas que acuden a las urgencias por dolor en el pecho, es 41 por ciento para las personas gravemente obesas mayores que las personas no obesas y 28 por ciento para los obesos no graves o con “obesidad mórbida”.

Los costos en salud de la obesidad se dividen en directos e indirectos. Los primeros son los que resultan del uso de los servicios de salud ambulatoria y hospitalaria, incluyendo cirugía, laboratorio y pruebas radiológicas y terapia de drogas. Los costos indirectos, que han sido definidos como “recursos no percibidos” como consecuencia de una condición de salud, en este caso la obesidad, son aquellos que tiene que ver con seguros, días de perdida laboral y desempleo.

Para reducir la obesidad se requiere mejorar la nutrición, incluyendo la disminución del consumo de bebidas azucaradas y aumentar la actividad y el ejercicio. Los costos bajarán a través de menos visitas al consultorio médico, exámenes de laboratorio, medicamentos, días de enfermedad, visitas a la sala de emergencia y admisiones en el hospital. Ejercicio y dieta reducen el riesgo de una amplia gama de enfermedades.

En Colombia la situación es más que preocupante. Según la Encuesta Nacional de Nutrición 2010, la obesidad subió del 48 por ciento al 52 por ciento, con un índice más alto para las mujeres. El indicador es de 45 por ciento para los hombres y 55 por ciento para las mujeres.

¿Cuál es el costo de la obesidad en Colombia?

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