El costo de la resistencia a los antibióticos

Pablo Isaza Nieto

La escena es familiar: una persona entra a la farmacia y pregunta al dependiente qué tiene para la gripa que padece. El dependiente, sin titubear le dice que lo mejor en acetaminofén combinado con amoxicilina. Que se tome dos dosis de este “combo” esta noche y otras dos mañana. La persona ha iniciado en su organismo el peregrinaje hacia la resistencia a los antibióticos al tomar una dosis que no está indicada ni es adecuada. Un tiempo más tarde, si por una infección requiere antibiótico terapia lo mas probable es la resistencia de los gérmenes y la posibilidad de muerte por sepsis.

Desde que la penicilina se introdujo en la década de 1940, los antibióticos han salvado incontables vidas. Pero se han utilizado mal e indiscriminadamente; ahora la muerte sobreviene por la resistencia de todo tipo de bacterias.

En Estados Unidos según el Centro de Control de Enfermedades mueren al año 23 mil personas por infecciones causadas por bacterias resistentes a antibióticos. El mal uso y uso excesivo de antibióticos para tratar enfermedades comunes y benignas ha contribuido a menguar su potencia. Se estima que indebidamente se prescriben antibióticos sin necesidad en un 50 por ciento. Fácilmente las bacterias, virus, parásitos y hongos mutan y crean inmunidad. Los investigadores temen que estos patógenos recientemente inmunes, llamado “superbacterias”, son tan peligrosas como cualquier pandemia porque, a pesar de que se conocen, no tienen cura.

En 2016 el Banco Mundial llevó a cabo un estudio sobre el costo de la Resistencia Antimicrobiana (RAM). Si bien los costos económicos son extraordinariamente altos, especialmente para los países pobres, por el impacto en la mano de obra y por lo costoso de los nuevos antibióticos, es más preocupante el impacto sobre la salud y la calidad de vida. Por ejemplo, la gonorrea es más difícil de tratar debido a la RAM.

En el escenario optimista, con un bajo impacto de AMR, el PIB mundial pierde 1.1 por ciento de crecimiento al año 2050, con un déficit anual de salida más de US $ 1 trillón después de 2030. En el peor escenario, con un alto impacto AMR, el crecimiento global del PIB pierde 3.8 por ciento al año; el déficit anual alcanza los $ US 3.4 trillones después de 2030.

Entrarían en la pobreza entre ocho y 24 millones de personas en 2050. El total de las exportaciones globales caerían entre 1.1 y 3.8 por ciento. En 2050, los costos de salud anuales aumentarían 25 por ciento en países de bajos ingresos; 15 por ciento en países de ingresos medianos y seis por ciento en países de altos ingresos.

En Ghana, África, las muestras de mil 606 bacterias mostraron que el 80 por ciento de los agentes patógenos eran resistentes a antibióticos clásicos como ampicilina y tetraciclina y 50 por ciento a nuevos antibióticos como cefalosporinas y quinolonas. La mayoría eran inmunes a drogas múltiples.

Un millón de niños muere cada año por enfermedades tratables como la neumonía y la sepsis ahora resistentes.

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