La ley estatutaria de salud

Pablo Isaza Nieto

Despues de 24 años de haberse expedido la Ley 100, por la que se creó el actual sistema de salud, se sancionó la Ley Estatutaria de Salud que consagra la salud como un derecho. Había sido aprobada por el Congreso hace dos años.

En los años de existencia de la Ley 100 esta ha tenido más sombras que luces. La cobertura ha aumentado. Según el Gobierno, el 97 por ciento de la población tiene acceso a un servicio de salud. Esta cifra que podría ser la mayor de las luces queda opacada por la calidad de la atención, calificada en el mejor de los casos como mediocre, y el desgreño administrativo y financiero.

Con el pasar de los años un sinnúmero de reformas, leyes, decretos y resoluciones, todas de tipo coyuntural, se han emitido para remediar los agujeros del sistema. Variaciones alrededor de un mismo tema pues el corazón de la Ley 100 que es la intermediación financiera no se toca. De poco han servido las opiniones y recomendaciones de comités científicos y academias de medicina y salud.

El resultado al cabo de tantos años dista mucho de ser el mejor: los dineros despilfarrados cuando no desaparecidos en manos de la corrupción. Casos como el de Salucoop, en el que se perdieron billones de pesos o los más recientes, el denominado ‘cartel de la hemofilia’, en que se utilizaban los recursos para atender pacientes hemofílicos que no existían, son una muestra del desgreño del actual sistema de salud.

El grueso de las acciones de salud pasó a manos de la justicia por medio de la tutela. Según la investigadora Camilla Gianella, del Instituto Chr. Michelsen, Bergen, Noruega, de acuerdo con la Defensoría del Pueblo, en 2010 el 65,4 por ciento de las tutelas se generó por prestación de servicios incluidos en el POS. Muchas de éstas fueron el resultado de acuerdos ilegales entre las EPS para negar metódicamente servicios y así hacer un doble cobro al Gobierno. Estas prácticas tienen un serio impacto sobre el sistema. Por ejemplos, sólo en el caso de dos medicamentos incluidos en el POS (factores antihemofílicos VIII y IX), las EPS recobraron de manera indebida como No POS 13 mil millones de pesos.

Los colombianos están cada vez más acosados por los gastos farmacéuticos desbocados. Se denuncian grandes abusos en gastos farmacéuticos. La organización no gubernamental internacional Health Action International y la OMS indican que los colombianos pagan entre los precios más altos en el mundo para algunos medicamentos antirretrovirales, así como por antibióticos, para no hablar de los medicamentos biotecnológicos.

La diferencia entre medicamentos de marca y su equivalente genérico pueden ser de más de cuatro mil y seis mil por ciento. El precio de los medicamentos no es fijado de manera uniforme respecto a sus precios internacionales de referencia. El precio de la mitad de los medicamentos genéricos de menor precio estaba entre 1,82 y 6,18 veces sus precios internacionales, mientras que el precio de la mitad de las marcas originales estaba entre 12,07 y 56,41 veces sus precios internacionales.

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