Obesidad, enfermedad de alzheimer y demencia

Pablo Isaza Nieto

Según la Organización Mundial de la Salud en 2015 un estimado de 603.7 millones de adultos y 107.7 millones de niños en todo el mundo eran obesos. Representan alrededor del 12 por ciento de los adultos y cinco por ciento de todos los niños. La prevalencia de obesidad se duplicó en 73 países entre 1980 y 2015 y aumenta continuamente. La obesidad trae consigo enfermedad cardiovascular, diabetes y riesgo de accidente cerebrovascular.

Ahora se sabe que la obesidad en la edad media aumenta significativamente el riesgo de padecer enfermedad de alzheimer y demencia en la edad mayor. Según el Consenso Australiano de alzheimer la obesidad es un factor de riesgo para la demencia. Varios estudios a largo plazo han demostrado que la obesidad en la mediana edad se asocia con un aumento de 70-100% en el riesgo de desarrollar posteriormente demencia y enfermedad de alzheimer. Por el contrario las investigaciones también han demostrado que el riesgo de demencia, enfermedad de alzheimer y deterioro cognitivo es menor en aquellas personas que se involucran en niveles adecuados de actividad física y tiene control sobre su peso.

El estudio, publicado en la revista Neurology, examinó datos sobre más de ocho mil 500 personas mayores de 65 años. De la muestra, 350 había sido diagnosticado con la enfermedad de alzheimer o demencia vascular y un 114 más tenían demencia posible. El estudio demostró que personas obesas en la edad media tenían cuatro veces más riesgo de desarrollar una demencia como la enfermedad de alzheimer en su vida de adulto mayor que las personas con peso normal.

En el estudio los investigadores utilizaron los datos de altura y peso de los participantes en las décadas anteriores a los 65 años encontrando que aquellos que tenían sobrepeso en la edad media tenían 1.8 veces (80%) mayor riesgo de ser diagnosticados con demencia en su vida posterior. Pero para las personas obesas, clasificadas como los que tienen un índice de masa corporal (IMC) de 30 o más, el riesgo se disparó.

Encontraron un dato aterrador: las personas con obesidad en la mediana edad tenían una casi cuatro veces (300%) mayor riesgo de demencia. Susanne Sorensen, Directora de Investigación de la Alzheimer Society (USA), manifestó: “este sólido estudio agrega más información y consolida la presunción de que el aumento de kilos en la edad media aumenta la posibilidad de desarrollar demencia”. Advierte: “comer sano y hacer ejercicio regularmente, puede disminuir el riesgo de desarrollar demencia. No fumar y conseguir su colesterol y presión arterial con regularidad es también muy importante”.

No se sabe con exactitud cómo la obesidad y el sobrepeso puede influir en la degradación del cerebro; la obesidad está asociada a la diabetes y a las enfermedades vasculares que a su vez se relacionan con la demencia. Ademas el tejido adiposo es el mayor productor de ciertas hormonas que producen moléculas inflamatorias que afectan el funcionamiento cognoscitivo y llevan a un proceso de neurodegeneración cerebral.

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