Emisoras de Ibagué el 9 de abril de 1948

Pablo Isaza Nieto

Se cumplirán el próximo lunes 9 de abril setenta años del asesinato del líder liberal, Jorge Eliecer Gaitán, en la ciudad de Bogotá a la una de la tarde, hecho que suscitó actos de protesta y violencia en todo el país. Ibagué no fue la excepción y también, como en todos los rincones de Colombia las emisoras radiales tuvieron un rol protagónico. En efecto, para la fecha Ibagué tenía dos emisoras: Ecos del Combeima y Ondas de Ibagué. La primera propiedad del Sr. Camilo Raful y la segunda del Sr. Luis Martínez. En ambas emisoras sucedieron hechos que marcaron la radio en la ciudad. En Ecos del Combeima se trasmitía el radio periódico ‘Voces del Pueblo’.

Las emisoras Ecos del Combeima y Ondas de Ibagué fueron acusadas “como responsables principales de los hechos ocurridos. Existe constancia de que Ondas de Ibagué, inicialmente dañada, solo entró a prestar sus servicios con alguna posterioridad, pero en todo caso ambas se plegaron y se pusieron incondicionalmente al servicio de los revolucionarios con proclamas incendiarias”. El mismo día de los acontecimientos directivos del partido Liberal se constituyeron en ‘Junta Revolucionaria’. Sus miembros acudieron a Ecos del Combeima manifestándole al Sr. Raful que la emisora quedaba a órdenes de la revolución. Al día siguiente la emisora fue intervenida, prendiéndose los transmisores e improvisando tres “locutores” designados por la ‘Junta Revolucionara’. Los improvisados locutores eran personas profesionales, intelectuales, que se habían distinguido como dirigentes liberales en el municipio. Alertaban al pueblo para que se mantuvieran firmes en un paro que ya era de carácter nacional. Desde Ecos del Combeima se trataba de localizar al Sr. Luis Martínez para que abriera su emisora y se uniera a las proclamas revolucionarias. Una vez en la emisora, el Sr. Martínez informó que ya había puesto en funcionamiento los transmisores averiados y que en quince minutos la emisora estaría al servicio de la revolución.

Se nombraron “reporteros”, también improvisados que recorrían las calles y narraban los hechos que se sucedían en la ciudad escribiendo sus “crónicas” y entregándoselas a los locutores. Así, la revolución ya tenía, en muy poco tiempo, comunicadores y reporteros. Todo un aparato periodístico.

A estas alturas, la situación de las emisoras se complicó pues sus propietarios, empezando por el Sr. Raful fueron solicitados por el gobernador, Dr. París Lozano y por el comandante del Ejército en Ibagué, mayor Eusebio Cortes, así como por el capitán Grimaldo, comandante de la Policía. Necesitaban que se pasaran boletines oficiales y una convocatoria a los reservistas del Ejército. No había problema para cumplir con lo solicitado, pero ¿Qué hacer con los revolucionarios? Amenazaron con destruir los transmisores si se leían los boletines oficiales. Se enviaron entonces policías a las oficinas y soldados a los transmisores. Se estableció enlace con la Radio Difusora Nacional de Colombia y la situación empezó a ser controlada.

Historia de las dos emisoras insignia de Ibagué que ya casi nadie recuerda.

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