¿Qué reactivación espera la economía regional?

Ismael Molina

Los anuncios gubernamentales sobre la normalidad han llenado de optimismo a los empresarios, tanto de la región como del país, lo cual se ha reflejado en las encuestas de percepción de la actividad económica realizada por Fedesarrollo, que muestra una mejora substancial en la confianza empresarial en el país.
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Esa percepción de confianza y optimismo relativo, también se percibe en el empresariado y la economía de la región y la ciudad. Pero, dadas las condiciones estructurales de la economía local y regional, ¿qué podemos esperar en esta etapa que comienza?

Al revisar las cifras del comportamiento del PIB nacional en el segundo trimestre, queda claro que la caída de 15,7% en la producción ha sido la más pronunciada desde que tenemos cifras económicas en el país. Igualmente que los sectores económicos que más se contrajeron fueron el hotelero, el de entretenimiento, el comercio y la construcción, todos por encima del 30%.

En el mismo periodo de análisis, Ibagué ha logrado la más alta cifra de desempleo, 36,7%, y el incremento de la informalidad económica y de inactivos en el 21,8% en el último año, que pone en evidencia que el desempleo efectivo puede ser mucho mayor al señalado por las cifras oficiales. Así mismo, la caída en la actividad económica de la ciudad fue de 34,7% en el trimestre abril – junio, liderando tal restricción los mismos sectores económicos que en el agregado nacional.

Al revisar la composición de la economía local y regional encontramos que los sectores que más cayeron en el nivel nacional, representan en conjunto el 45% del total de la economía local y que específicamente el comercio que se contrajo en 34,3% en el país, representa la mayor actividad económica en la ciudad con el 23,2% y tuvo una contracción de 36% en el trimestre abril – junio del presente año.

Con base en las anteriores cifras, donde los sectores de mayor relevancia en la actividad económica regional y local, son igualmente los sectores que se han visto más afectados en la actual crisis, vale la pena preguntarnos sobre las políticas económicas locales, regionales y nacionales que se podrán en práctica para lograr la anhelada reactivación económica.

El Gobierno Nacional ha dicho que priorizará la producción minera, manteniendo su inclinación hacia una economía extractivista que tan poco crecimiento ha generado en el pasado, la construcción urbana por ser demandante intensiva en mano de obra y la construcción de infraestructura vial y de servicios, por la misma razón. Brilla por su ausencia el sector productivo industrial y agropecuario, pese a la importancia en la producción de bienes y servicios y para colmo, el sector de ciencia y tecnología tiene un fuerte recorte en el presupuesto nacional, sin tomar en cuenta que tal sector debiera ser la más importante apuesta para la transformación productiva de la economía colombiana en el mediano y largo plazo.

Por el lado de las políticas locales y regionales destinadas directamente a la reactivación económica, su accionar se ha limitado a ser receptor de las solicitudes de apertura y cierre de los establecimientos comerciales y declaraciones retóricas sobre los compromisos adquiridos en sus respectivos planes de desarrollo, pero sin definir plan alguno, con recursos específicos y con tiempos definidos, para enfrentar en el corto plazo los retos del desempleo y la recesión económica que estamos enfrentando. Siempre se debe recordar que las decisiones políticas sin respaldo presupuestal, no son políticas de desarrollo, son demagogia.

En la reciente asamblea nacional de industriales, ha reclamado un mayor compromiso del Estado nacional y de los gobiernos departamentales y locales con la necesidad de una reactivación económica, que gire alrededor de la defensa la producción nacional de bienes y servicios, con crédito y apoyos directos sobre los empresarios y la producción industrial y agroindustrial, con política de compras estatales que protejan efectivamente a los productores nacionales, promoción del encadenamiento productivo local y una agenda que efectivamente apoye el tejido empresarial colombiano. El compromiso con la reactivación y la lucha contra el desempleo pasa por una acción más afirmativa que las declaraciones retóricas. El empresariado tolimense y el ibaguereño, espera más acciones para que el estado local y subnacional sea un aliado efectivo en este proceso. Que los anuncios hechos, de continuar con objetivos trazados en la construcción urbana, las obras públicas, el sistema integrado de transporte, se conviertan en realidades efectivas y que los comportamientos frente a acciones específicas, como las trabas a los planes parciales en la ciudad, estén motivadas por el bien público, la transparencia y la búsqueda de mejor futuro económico y social para todos.

ISMAEL A. MOLINA GIRALDO

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