Mejorar el clima de inversión

Jaime Eduardo Reyes

Durante estos días se han retomado en el Tolima dos tareas que a juicio de los formuladores de política pública y de los consultores del desarrollo son importantes para alcanzar mayores niveles de crecimiento económico; la Comisión regional de competitividad y la Agencia de promoción de inversión.
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De las dos, la primera tiene un mayor desarrollo normativo, existen decretos y normas que las reglamentan y dan parámetros de actuación tanto para el sector público y el privado en cabeza de la gobernación y de las cámaras de comercio respectivamente. La segunda, la API, como se le conoce a la agencia, tiene un menor desarrollo normativo, pero no por eso es menos importante.

Tanto la Comisión como la agencia han tenido en el pasado apoyos y ejecuciones, por lo que se puede afirmar que no arrancan de cero y que para una nueva etapa es importante revisar la historia de experiencias y resultados, de logros y fracasos.

Hablar de la agencia de promoción de inversión no es nuevo, muchos departamentos como el Tolima en su momento iniciaron actividades, y por supuesto, aquellos que no pararon el proceso hoy tienen mejores resultados.

En el país y en el mundo existe una industria de inversión claramente desarrollada, ahora que el departamento está impulsando nuevamente el tema es fundamental intentar transferir metodologías exitosas desde agencias aliadas.

En esta nueva etapa, si se desea corregir los errores cometidos en el pasado, es importante escuchar la voz del empresario, qué piensan y dicen los inversionistas que están en la región.

La actual estructura empresarial difícilmente podrá colocar los recursos necesarios para impulsar la agencia, por lo que es clave el apoyo del gobierno, sin embargo, este apoyo debe darse mediante un acuerdo que financie adecuadamente la agencia, libre de pretensiones políticas coyunturales, que responda técnicamente a sus patrocinadores con resultados concretos.

Una de las primeras tareas, antes de pensar en los proyectos, es mejorar el clima de inversión, fijando prioridades sectoriales. No basta con que Ibagué sea un buen vividero. Se debe aprovechar los resultados del índice de competitividad departamental y de ciudades mejorando en aquellos pilares que tienen un bajo desempeño. Como este existen otros índices que deben ser revisados para trabajar sobre ellos; doing business, ciudades modernas, entre otros.  

Ahora bien, que se mejore el clima de inversión no excluye que se trabaje en iniciativas de proyectos y APP’s. Existe un número importante de proyectos e iniciativas que se han propuesto desde la agenda departamental de competitividad, desde los planes de desarrollo, y otras instancias de planeación que deberían ser impulsados.

La tarea de hoy, con la que se debe empezar a trabajar la promoción de inversión es la de establecer una ruta para mejorar el clima de inversión de la región, trabajar en los factores favorables del entorno de negocios. Si se salta esta fase, difícilmente se desarrollarán proyectos que transformen la estructura económica regional.

JAIME EDUARDO REYES

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