No existe cristianismo sin cruz

Jairo Yate Ramírez

°°° « “Pedro se lo llevó aparte a Jesús y se puso a increparlo: -« ¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte.» Jesús se volvió y dijo a Pedro: -«Quítate de mi vista Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios.» Entonces dijo Jesús a sus discípulos: -«El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.” °°° Mateo 16, 21-27).
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No existe cristianismo sin Cruz. Aprendemos a pensar, según la mente de Dios. Para un discípulo es esencial captar a quién está siguiendo. De eso depende el éxito y la razón de ser de su seguimiento. Cuanto más un discípulo toma conciencia de quién es su Maestro, y de su originalidad; tanto más fuerte se hace la exigencia de permanecer junto a él y estar con Él.  El Hijo de Dios, deja bien claro, cuál debe ser la esencia de un discípulo: renunciar a sí mismo: corrigiendo la manera de ser y de pensar. Cargar la cruz: En ningún momento se trata de complicarle la vida a una persona, sino de liberarla; tal como lo entendió el apóstol san Pablo y se lo comunicó a los Corintios: “los judíos piden milagros y los griegos buscan sabiduría, nosotros predicamos a un Cristo crucificado, que es escándalo para los judíos y locura para los paganos.” (1 Corintios 1, 22-23).

Un excelente discípulo, sigue a su Maestro, representa a su Maestro, se preocupa de ser como su Maestro, piensa como su Maestro, no se ufana de ser discípulo, no es más que su Maestro, no contradice a su Maestro: los pensamientos humanos no siempre coinciden con los pensamientos de Dios. Dice el libro sagrado: “Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos. Como se alza el cielo por encima de la tierra se elevan mis caminos sobre vuestros caminos y mis pensamientos sobre vuestros pensamientos.” (Isaías 55, 8-9).

Dios tiene su plan y nosotros debemos ajustarnos a su pensamiento: La Cruz se convierte en la fuente de la esperanza, la lucha contra el mal, el camino hacia la eternidad.  El Nazareno pide a los bautizados en su Iglesia Católica: “El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.” (Mateo 16,24). Humildad, mansedumbre, generosidad, es el modelo perfecto para un cristiano. Así lo predicó el santo Padre Francisco en su famosa homilía en la casa Santa Marta (6 de marzo 2014). El estilo cristiano se entiende desde la Cruz. Cuida tu salud: Sin la Cruz, nunca lograremos ser dignos representantes de Dios.

PADRE JAIRO YATE RAMÍREZ

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